“En VOX no hemos venido a la política para gestionar la ruina de la izquierda, sino para cambiar sus políticas, para dar la vuelta a España”. Rocío Monasterio expuso sus principios en el Pleno de este jueves, donde exigió a Díaz Ayuso que sea coherente y volvió a tenderle la mano para trabajar juntas en la misión de erradicar las políticas de la izquierda de la Comunidad de Madrid.
De hecho, la portavoz de VOX recordó el apoyo de su formación a las iniciativas del Gobierno que son buenas para todos los madrileños, pero lamentó que no ocurra lo mismo en sentido inverso.
“Cuando usted habla de bajar impuestos, estamos de acuerdo, pero luego su partido impide reducir medio punto de IRPF o el de sucesiones y donaciones entre hermanos y de tíos a sobrinos; cuando habla de proteger a nuestros hijos del adoctrinamiento, lo compartimos, pero luego se niegan a eliminar las leyes de género que lo permiten en la Comunidad de Madrid; cuando habla de cuidar a los jóvenes, acierta, pero su partido vota en contra de reducir el impuesto que grava su primera vivienda; cuando habla en contra de los sindicatos, acierta, pero votan en contra de eliminarles las subvenciones; habla de gobiernos austeros, pero se niega reducir altos cargos y duplicidades; denuncia que Sánchez expolia a los autónomos, pero impiden un plan de compensación para ellos”, enumeró Monasterio.
Hasta que sus señorías no vuelvan del verano, aquí habrá silencio y no habrá tampoco control al Gobierno
"Ustedes se debaten entre lo que dice su partido, entre lo que usted dice (por Ayuso) y lo que su partido luego le dice que tiene que hacer”, denunció la también presidente de VOX Madrid, instando a Díaz Ayuso a ser “coherente” y dejarse ayudar por los únicos que están de su lado. “No tiene usted muchos aliados, tiene aquí un grupo parlamentario que le tiende la mano, ayúdenos a aprobar todas estas medidas, saquemos adelante políticas buenas para todos los madrileños, olvidemos a la izquierda, que está aniquilada y pongámonos a trabajar, también en julio y en agosto”, insistió.
Y es que este jueves es, si el PP no cambia de opinión, el último Pleno que se celebrará en la Asamblea de Madrid. Una “enorme vergüenza”, en palabras de Monasterio, que recordó las consecuencias que dicha decisión tiene: “Que cierre este parlamento durante casi tres meses supone que los madrileños se encuentren amordazados y que sus reivindicaciones no puedan ser traídas a este pleno ni ser reivindicadas y demandadas. Hasta que sus señorías no vuelvan del verano, aquí habrá silencio y no habrá tampoco control al Gobierno. Esto solo demuestra la grandísima brecha que hay entre la España real y la España de los políticos. ¡Y luego se extrañan del descrédito de la política!”, concluyó.