La vicepresidenta del Gobierno en funciones y actual ministra de Igualdad, Carmen Calvo, visitaba la localidad mostoleña con el firme propósito de averiguar qué tipo de labor resulta del Centro de Igualdad municipal. Allí, en un encuentro multitudinario con medios de comunicación entre los que se encontraba Soyde., apostaba casi personalmente “por la revolución” que hoy en día estamos viviendo en la materia.
Gobernabilidad
Sin embargo, la actualidad política hacía de las suyas y sacaba a relucir cuestiones de naturaleza variopinta. Al ser preguntada por la prensa, Calvo defendía la postura de Pedro Sánchez: “aún no ha comenzado formalmente a negociar con otros partidos su investidura porque está respetando el proceso en tiempo y forma”, e incidía, “no lo hará hasta que el rey no le proponga como candidato”.
En esta línea, la vicepresidenta aseveraba que la polémica negociación “llevará tiempo” y “no será fácil”, ya que se deben configurar hasta “tres niveles de la administración” –refiriéndose a los gobiernos municipales, autonómicos y central-. Así, abogaba por el “sentido común” y la que considera como “la regla de oro de la democracia: que gobierne la mayoría aunque siempre con respeto hacia las minorías”. No obstante, ahí no quedaba todo, Calvo contaba con ‘dardos envenenados’ e instaba a las “formaciones bisagras” a ocupar el lugar que los ciudadanos con sus votos les han ordenado: “sería muy razonable que nadie desde bisagras pretenda estar donde las mayorías han arrojado su opinión para que se gobierne”.
Cuestión catalana
La siempre candente cuestión catalana no podía perder la oportunidad de no salir a relucir durante un cacareo como este. Carmen Calvo catalogaba la petición de Quim Torra de reunirse de manera “urgente” con el presidente Sánchez de “inconcebible”. "A nadie se le ocurre que el presidente del Gobierno de una democracia se siente a hablar de sentencias de los jueces, de situación de ciudadanos que puedan estar inmersos en algún proceso", concluía.