No gustan, no funcionan, o no interesan, no sé muy bien que ocurre, pero lo cierto es que últimamente solo hablamos de ellas. Deberían ser una herramienta para proteger, en su mayoría a mujeres, a personas que han sufrido algún tipo de maltrato y que un juez ha dictaminado orden de alejamiento a su maltratador. Pues bien, al parecer no cumplen con su función, o quizás sea un tema que hay que sacar a la palestra para atizar al gobierno de alguna forma.
De verdad, no se cansan nuestros políticos (todos) de darse mamporros todos los días. ¿Cuándo van a centrarse en gestionar y fiscalizar? Si estos dispositivos no funcionan, que vean el error y las cambien, si no gustan, que las compren de otro color, o si no interesan, que se busque otra forma de proteger a las mujeres que necesitan que su maltratador no se acerque, ni pueda atormentarlas más. Pero, sobre todo, que el Gobierno sea franco, diga qué ocurre de manera clara y exhaustiva, no vale con asegurar que "todo funciona correctamente", porque las quejas y, sobre todo, el miedo, llega también de mujeres que, desgraciadamente, tienen que llevarlo por protección.
¿Por qué no en lugar de avisar a la policía se introduce un pequeño "taser" en esa pulsera que le dé una descarga intensa al maltratador que le impida poder acercarse o, al menos, mitigue sus ganas de saltarse la orden? Quizás esta solución sea un poco "heavy", pero, por lo visto, tampoco es que alguien se esté molestando en comprobar y en auditar el funcionamiento, solo en tirarse los trastos a la cabeza.
Otra cuestión, ¿por qué el sistema de las pulseras no lo gestiona una empresa española potente que sabe como hacerlo? ¿Antes lo gestionaba una multinacional española? ¿Por qué ya no? ¿Qué interés hay oculto en el uso de estas pulseras? Pero la pregunta que más me hago es: ¿Por qué no ha salido la Ministra o el encargado o encargada de tal sistema dando datos exactos de funcionamiento o no? ¿ Y la Policía, no puede facilitar esos datos de una manera más neutral y no tan partidista?
Llegados a este punto, seguimos enfrascados en repartir collejas desde los escaños en lugar de gestionar o fiscalizar para ayudar que la gestión sea eficiente. No será mejor dejar de gastarse dinero en "gilipolleces" y volcarse con el sistema Cometa y VioGen. Hay que acabar con un serio problema que es la violencia de género, pero ya que no somos capaces de acabar con él vamos a proteger de una manera más rápida y segura a sus víctimas, que ya que han quedado marcadas para siempre que no sigan sufriendo acoso o tengan miedo al sentirse desprotegidas.
Dejen todos de arañar votos por este tipo de enfrentamientos, pónganse unos a aclarar por qué no funcionan bien y otros a buscar alternativas que sean mucho más efectiva. Dejen de calentar el sitio.
¡Ah, por cierto! Lo de Israel sigue siendo un genocidio.