MENÚ

Tribuna Abierta PP Fuenlabrada
Condénelo, señor Ayala
Fuenlabrada |

¿Qué les parecería a ustedes si una asociación de vecinos tachara de nazi a Javier Ayala? ¿O cuestionara su salud mental o su inteligencia? Estaríamos, sin lugar a duda, ante un grave ataque a la integridad personal y, por supuesto, un atentado contra los valores democráticos que debemos defender todos.

Me apena enormemente que la Coordinadora Local de Asociaciones Vecinales de Fuenlabrada (CLAVES) haga eso mismo con la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. Me apena como vecina del municipio, pues espero que los que dicen representar a los vecinos de los diferentes barrios tengan cierta imparcialidad y no sean un brazo más del PSOE. También como mujer, puesto que es vergonzoso que se utilicen determinados temas para menospreciarla por su condición. Y, por supuesto, también me apena como representante política, porque considero que Fuenlabrada no se merece tener esta bochornosa imagen asociada.

No puede valer que se utilice absolutamente todo para atacar a un rival político

En el pasado pleno el alcalde de nuestra ciudad no condenó tales comentarios. Perdió una ocasión estupenda para volver a conducir el debate a lo político, sin odio, ni confrontación ni división, sin ataques personales o sin insultos. Tuvo que venir a su rescate la portavoz socialista, que demostró tener más sentido democrático que el que debería ser el alcalde de todos.

No todo puede valer. Me niego a pensar eso, porque respeto profundamente la diversidad de ideas, el debate, el que pensemos diferente. No puede valer que se utilice absolutamente todo para atacar a un rival político, ni la descalificación como arma ni que sea a través de una asociación al servicio del gobierno de Fuenlabrada.

Señor Ayala, esta vez no me dirijo a todos los vecinos, sino directamente a usted. Le pido que condene esos ataques y que esté usted a la altura de la ciudad a la que representa. Fuenlabrada es sinónimo de respeto y democracia. No arrastre a la ciudad en su camino a la radicalidad.