Se acabaron las "listas negras" en la Comunidad de Madrid. Así de claro lo ha dejado la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, tras ser increpada por el Gobierno de España para que cree el registro de médicos objetores de conciencia al aborto, tal y como obliga la reforma de 2023 de la Ley del Aborto, aprobada en 2010.
No obstante, esta posición de la presidenta no ha calado bien en el Ministerio de Sanidad. La ministra Mónica García ha advertido a Ayuso que, si no presenta la lista, acudirán a los órganos judiciales pertinentes para que sean ellos quienes la obliguen a elaborarla. Además, García ha recordado a la líder madrileña que la Comunidad de Madrid ya creó un registro de objetores de conciencia a la eutanasia en 2021, cuando se aprobó por ley la regulación de la denominada "buena muerte" o "muerte digna".
Así es, el Gobierno de Madrid registró dicho documento el 6 de octubre de 2021, cuando Ayuso ya era presidenta, así lo han confirmado en este medio. En el texto redactado señalan que, tal y como disponen los artículos 16 y 17, "las administraciones sanitarias crearán un registro de profesionales sanitarios objetores de conciencia a realizar la ayuda para morir, en el que se inscribirán las declaraciones de objeción de conciencia para la realización de esta prestación". Dicho y hecho, la Comunidad de Madrid elaboró la famosa lista.
Si atendemos a las últimas declaraciones de la propia presidenta madrileña, clasificar en registros a los profesionales sanitarios en función de su ideología o creencias atenta contra varios textos legales como el artículo 16.2 de la Constitución Española, donde se establece que "nadie podrá ser obligado a declarar sobre su ideología, religión o creencias". Palabras similares las recoge el artículo 18 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos: "Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión. [...] así como la libertad de manifestar su religión o su creencia, individual y colectivamente, tanto en público como en privado, por la enseñanza, la práctica, el culto y la observancia".
Ante estas declaraciones, parece que ninguna de las dos listas mencionadas tendrían cabida para Ayuso en la actualidad, por lo que cabría preguntarse si la presidenta se arrepiente de haber elaborado la relacionada con la Ley de la Eutanasia. Al parecer, la líder madrileña ha aprendido de errores pasados y ha comprendido la amplitud intrínseca que guarda la libertad de los ciudadanos, un derecho por el que, según da a entender, seguirá luchando a pesar de las amenazadas del Gobierno central.