"La sorpresa de nuestra vida", así anunciaba Ana Peleteiro su segundo embarazo en redes sociales. Un comunicado que venía acompañado de varios stories a través de su perfil de Instagram. La atleta, entre risas, contaba cómo se había enterado: tres días antes de viajar a Madrid para el Europeo. Dice que se hizo un test para "quitarse los nervios", pero la vida le tenía preparada otra prueba.
La gallega elegía su perfil en redes para dar la noticia. En total, ocho minutos en los que rompía con todos los tabúes de la maternidad y el deporte de élite. "Eres deportista, pero la vida es mucho más que eso", sentenciaba para después recordar que en este segundo embarazo no iba a "alejarse del atletismo". Una decisión 'insólita' que ella misma se vio en la necesidad de sobreexplicar para recalcar que seguirá entrenando y preparándose para volver cuando dé a luz, todo ello con el máximo cuidado de su integridad física y salud.
En la mayoría de ocasiones, la maternidad irrumpe en tu vida para dejar a un lado todo eso que ahora no es tan importante. Es en ese momento cuando la opinión popular se mete de lleno en tu propia vida: lo que comes, lo que dejas de comer, a dónde vas, a dónde no vas; un suma y sigue. Peleteiro siempre ha destacado por ser un referente dentro y fuera del deporte, ahora vuelve a demostrar que la maternidad llega, pero no por ello implica dejar a un lado lo conseguido y lo deseado.
Cuando una mujer se entera de que está embarazada su vida, mente y cuerpo cambian desde que tiene el primer positivo; la vida de ellos, aunque también lo haga, lo hace a otro ritmo y con otras expectativas. ¿Veríamos dar estas explicaciones a un futbolista? ¿dejaría Fernando Alonso de competir en un gran premio porque va a ser padre? La respuesta es rotunda y negativa.
Con el caso de Peleteiro, así como el de otras grandes deportistas y madres, vuelve a demostrar las desigualdades que existen en el deporte de élite. Deberíamos poner el foco en las estructuras deportivas -desde clubes hasta Federaciones- para que sean ellos los que tengan que adaptarse a las decisiones de las deportistas; no viceversa. Tenemos que trabajar para que la conciliación también llegue al deporte sin que las mujeres vean comprometida su carrera.