He visitado Fuenlabrada por dos veces. Una en tren de cercanías y otra en Metro. Al llegar la primera vez pregunté a un señor por la calle Constitución y me dijo que estaba lejos. No me dio tiempo de buscar un taxi o un autobús porque mi interlocutor se brindó a acercarme.
Al entrar en su Opel me pidió disculpas por el supuesto olor a pintura de su interior ya que llevaba botes de pintura no en vano su profesión era “pintor de brocha gorda”. No olí nada por supuesto. Empuñó su teléfono y la aplicación GPS y no solo me acercó sino que me dejó en la misma puerta de mi destino. Le dí mi tarjeta (nunca se sabe) y me olvidé de pedirle su nombre.
Me hubiera gustado citarlo hoy aquí. A la semana volví a Fuenlabrada, esta vez en Metro y me bajé en el Parque de los Estados. Fui con tiempo a la cita pues quería localizar un autobús que me llevara al destino final que era la calle Constitución y como el horario me permitía almorzar antes de la cita y estaba en la calle Brasil, me llamó la atención un restaurante llamado Daytona como el famoso circuito americano.
A esta capital del Sur de la Comunidad de Madrid se puede ir con la seguridad de que serán atendidos con amabilidad, simpatía y eficacia
Comí muy bien y al preguntarle al propietario por la calle Constitución me indicó el camino que podía emplear de un cuarto de hora a veinte minutos a pié. Le dí las gracias y no había llegado a la puerta cuando se brindó a llevarme en su automóvil.
Esta vez era un BMV y también me dejó en la puerta. A la persona que iba a visitar le comenté el sucedido y me dijo que conocía a mi conductor que se llamaba José. Bien, dos ejemplos de ciudadanía de bien. Dos fuenlabreños que dan noticia que a esta capital del Sur de la Comunidad de Madrid se puede ir con la seguridad de que serán atendidos con amabilidad, simpatía y eficacia.
Fuenlabrada compite con Móstoles en población pues supera los 200.000 habitantes, con un porcentaje de más de 12% de gente mayor (yo soy mayor), una laboriosidad industrial importante con empresas tecnológicas en vanguardia del desarrollo.
Con un nuevo alcalde que quiere mejorar la mítica gestión de Robles y parece que con un equipo de fútbol próximo a la Primera división.
Hace tiempo se denominaba a Barcelona como Archivo de Cortesía. Hoy por desgracia la Ciudad Condal lo es todo (y lo malo ) menos eso. Yo le otorgo este título a Fuenlabrada por lo que les he contado y por lo que les contarán muchas gentes, estoy seguro.