El Val fue testigo de la ilusión de un equipo y de una ciudad con un objetivo en común: volver a la categoría que se merece. La Preferente esperaba, un año más tarde, a nuestro filial, que ha hecho una gran campaña en la Primera regional madrileña.

Y el encuentro no podía empezar de una forma mejor. A la media hora de juego, Adri conseguía adelantar a los nuestros con un gran gol, mientras el calor se posicionaba como un hándicap para ambos conjuntos.

Así se llegó al descanso, con la ventaja rojilla, que se ampliaría a los dos minutos de la segunda mitad. Pedro dejaba casi sentenciado el partido, pero los visitantes, por medio de Jorge, recortaban distancias y llevaban el miedo a la grada.