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¿Quién apaga realmente el arcoíris?
Más Madrid vuelve a pedir la bandera LGTBI y no se centra en lo importante
MADRID |

Como cada año, volvemos a la misma noticia, el mismo titular y la misma batalla en Madrid: colgar la bandera arcoíris en el Ayuntamiento. Estoy completamente de acuerdo con Eduardo Rubiño, concejal de Más Madrid, con lo que puede llegar a significar colgar la bandera LGTBI en un edificio institucional, pero no podemos centrarnos solo en eso y amenazar con ello.

No defiendo, en este caso, a Almeida y su gestión con respecto a esta materia, pero tampoco voy a dejar de buenos a la oposición cuando realmente a todos los que les interesa es la foto y el apoyo al colectivo para quedar de buenos y ganar votos.

Solo nos centramos en lo que está pasando y en llevar políticas a cabo cuando llega la semana del Orgullo LGTBI porque todos nos centramos en eso y, parece que si sacas a lucir la bandera ya estás mostrando tu apoyo. Pues no, ni al propio colectivo LGTBI, ni al Ayuntamiento de Madrid, ni a la oposición les importamos realmente durante esta semana.

Vuelvo a repetir, solo buscan la foto y los votos, otros ganar dinero y hacer una gran fiesta que llame la atención para que al final hagan una manifestación que más que reivindicativa es un desfile. ¡Ojo! No digo que no haya que reivindicarse o celebrar esta semana, pero creo que hay mil formas de hacerlo, sin falsas moralidades por detrás por parte de quiénes la organizan.

La desigualdad y las fobias contra el colectivo LGTBI se lucha día a día, se reivindica en cada situación incómoda, injusticia, delito de odio o asesinato que recibimos alzando la voz contra los que nos tiene que proteger, alzando la voz para que vean la normalidad.

Pero ni unos son tan malos, ni otros son tan buenos porque lo que les importa es su imagen, su bolsillo y su vida, a la mayoría de ellos les importa realmente las 812.000 personas agredidas en el último año.

¿Quién apaga realmente el arcoíris? Pues no creo que colgar o no una bandera sea lo que lo haga, pero tampoco creo que la crispación que generan los que “supuestamente nos ayudan” lo hagan, porque ni beneficios, ni perjuicios: NORMALIDAD.