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Mindfulness para mejorar el autocuidado: aprender a hacer buenas elecciones
Montse Jurado Sueiro es enfermera en el Centro de Salud Castilla la Nueva y nos acerca los beneficios Mindfulness en Contextos de Salud
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El autocuidado hace referencia al conjunto de decisiones y prácticas que las personas adoptamos para mantener nuestra propia vida, nuestra salud, nuestro bienestar. Es un comportamiento que hemos aprendido a través de lo que hemos vivido en nuestra familia y también a lo largo de las distintas experiencias de nuestra vida. Cuidarnos por lo tanto, implica tomar decisiones sobre lo que es apropiado hacer o no en una determinada situación.

Cada día hacemos cientos de elecciones que afectan al bienestar propio y también al de quienes nos rodean: si elijo tomar una bebida, un dulce o un trozo de ración de más, si descanso, si elijo ver la tele o salir a caminar, hablar con tal persona, decir la verdad, acompañar o ayudar a alguien… En muchas ocasiones no somos conscientes de que gran cantidad de nuestro malestar y sufrimiento dependen de nuestras elecciones, de nuestros hábitos (por su presencia o por su ausencia).

¿Cómo podemos tomar decisiones más acertadas? El primer paso es darnos cuenta de que en realidad estamos tomando decisiones continuamente en nuestra vida cotidiana. Algunas de ellas están tan arraigadas o son tan automáticas, que apenas somos conscientes de ellas; o quizás siendo conscientes no hay reflexión sobre si nos ayudan o nos acercan a nuestros objetivos en la vida.

La práctica de Mindfulness nos puede ayudar a conocer mejor como vivimos el momento presente, darnos cuenta mejor de lo que estamos haciendo mientras lo estamos haciendo. Así, si aprendemos a ejercitar la atención plena, podemos ampliar nuestro campo de visión cuando sucede nuestra vida cotidiana, podemos aprender a desarrollar un estilo de vida autoconsciente.

Os invito a algo tan radicalmente diferente como tratar de vivir atentamente instante tras instante

 

Piensa por un momento, ¿cómo es un día normal en tu vida? Abres los ojos y…pistoletazo de salida, desayunar o engullir, los niños al colegio, preparar la casa, dirigirse al trabajo, cuidar de alguien… Una nueva carrera contra reloj que comienza cada día y que habitualmente vivimos sin consciencia clara de lo que está ocurriendo. En muchas ocasiones simplemente la rutina y la preocupación empiezan a inundar nuestra mente y nos acompañan así durante todo el día. Muchas veces este es el inicio de la misma carrera de todos los días, y como de costumbre vas a correrla con el piloto automático encendido. Por eso te propongo practicar con Mindfulness la atención plena y reflexiva a lo que se hace en cada momento, percibir qué se siente o piensa, con la intención de no interferir ni valorar lo que se percibe o siente en cada momento. La atención plena crea un espacio donde poder observar lo que ocurre en la experiencia de mí día a día.

Claro, y te preguntarás ¿cómo me puede ayudar esto? Te imaginas el impacto que puede tener en tu vida ser capaz de observar lo que ocurre realmente en tu día a día, darte cuenta "dónde estás", "lo que das por sentado", "tus reacciones automáticas", dónde "estoy atascado"…

Este autoconocimiento, que podemos mejorar con las prácticas de atención plena, es necesario para iniciar el cambio. Las personas no nos podemos desprender de nuestra trayectoria vital, de lo que "hemos sido toda la vida"; pero si tenemos un mayor conocimiento de lo que está ocurriendo en nuestra vida, y ampliamos nuestro campo de visión, es más fácil des-aprender aquello que no nos ayuda a cuidarnos mejor.

Os invito a utilizar las prácticas de mindfulness para "ir a otra velocidad", os invito a algo tan radicalmente diferente como tratar de vivir atentamente instante tras instante.