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El tráfico en el entorno de la capital se ha intensificado estos últimos meses a consecuencia de las obras que se están acometiendo en la misma, entre ellas, el soterramiento de la A-5 que vuelca gran parte de la circulación en vías ya bastante congestionadas como la A-42. Sin embargo, y a pesar de las molestias generadas por las que José Luis Martínez-Almeida ha vuelto a pedir perdón, parece que las obras se ejecutan a tan buen ritmo que hasta se han adelantado a los plazos previstos.
Así lo ha reconocido el propio alcalde de la capital insistiendo en que "sí, vamos con adelanto" para "tratar de aliviar las dificultades que se están generando en la movilidad y a todos los vecinos de la zona". Almeida también ha defendido una vez más estos trabajos, recordando que es uno de los proyectos más ambiciosos que se han acometido en la ciudad desde el soterramiento de la M-30, "estamos hablando de un túnel de prácticamente cuatro kilómetros de longitud y 80.000 metros cuadrados de zonas verdes".
El regidor ha explicado que a "eso obedece" el nuevo cambio de circulación en la A5, a la adopción de las medidas necesarias que permitan la agilización de las obras. Eso sí, Almeida asegura que "no ha habido afecciones significativas como consecuencia" de esta modificación, más allá de las dificultades propias de la obra.
En este sentido, la vicealcaldesa de la capital, Inmaculada Sanz, ya anuncio en rueda de prensa que, tras la finalización de la fase 1 del proyecto en la calzada sur, sentido entrada a Madrid, ahora se daba paso a la fase 2. Un nuevo paso que llevará al desvío de todo el tráfico rodado, en sentido entrada a la capital, desde la avenida de Portugal hasta la avenida Padre Piquer, en cuatro carriles, dos para cada sentido, despejándose por completo la calzada norte.
Se simplifica el trazado a la circulación con menos curvas, aunque se mantendrán los baipases de los enlaces de la carretera de Boadilla, Yébenes, Batán y Parque de Atracciones, que requieren de desvíos de más larga duración para demoler las estructuras preexistentes.
Este trazado se mantendrá hasta noviembre de 2026, momento en que se abrirá el túnel para el tráfico rodado. La velocidad máxima de la vía en la zona de actuación se mantiene reducida de los 70 km/h previos a la obra a los 50 km/h.