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Amanda Avilés
@AmandaCoconutt
Breve, pero intensa. Así podríamos definir la trayectoria musical de Demarco Flamenco hasta el día de hoy. Tan solo dos discos en el mercado, uno de ellos recién salido del horno y que nos trae hasta estas líneas, ‘Le sonrío al agua’, pero toda una legión de seguidores que han estado esperando, pacientes, el nuevo trabajo del artista.
Humilde y cercano, Demarco ha conseguido meterse en el bolsillo a un público dispar, amante del flamenco y de la fusión, aunando estilos que, con el atrevimiento de las nuevas generaciones, tienen unas fronteras cada vez más difusas. Un trabajo que presentará sobre el escenario de la sala BUT de Madrid el próximo 9 de mayo.
Demarco Flamenco fue todo un descubrimiento para el público. Entre sus temas más conocidos, junto a Maki, ‘La isla del amor’ (Uno, 2017). Es solo uno de los tan sonados que ha lanzado y que hacen que parezca mentira que, ahora, presente tan solo su segundo trabajo. “Hay gente que me para por la calle y me dice: “me encantan todos tus discos”. Muchas gracias, pero solo tengo dos”, nos dice riéndose. Una anécdota que refleja perfectamente el sentir de sus fans. “Es bueno que la gente te reconozca tanto que parezca que llevas más tiempo en esto”.
No soy un flamenco ortodoxo, me gusta hacer fusión. Además, ser compositor te da un sello propio, porque tienes tus maneras de expresar lo que sientes
El secreto para haber alcanzado esa popularidad, cree, es “la personalidad”. “No soy un flamenco ortodoxo, me gusta hacer fusión. Algo que hemos mantenido en este disco”. Además, añade, “ser compositor te da un sello propio, porque tienes tus maneras de expresar lo que sientes”.
El artista reconoce que es recién llegado, en comparación con otras carreras, al mundo de la música, y por eso su principal propósito es “buscar mi sitio, mi hueco. Sabemos que en la música hay muchos altibajos, por eso lo que quiero es que la gente sepa quién es Demarco y qué es lo que hace”.
Demarco Flamenco estará en la sala BUT de Madrid ante un público que va a entonar a su compás ese ‘Le sonrío al agua’ (junto a temas del disco anterior), lo que le lleva a convencerse de que no hay que tirar nunca la toalla. “He soñado muchas veces vivir de la música, pero ya no estaba en mis planes”, cuenta. “Con la edad con la que me pilló, ya estaba renunciando un poquito a los sueños. Pero aquí está la prueba: no hay que dejar de luchar nunca”.
‘Le sonrío al agua’ es “un disco más personal que el primero, porque representa la felicidad personal y profesional” que está viviendo Demarco. En el plano técnico, contempla “la influencia de la música actual, como los ritmos del trap o el pop latino”, del que es especialmente fan. De hecho, Ozuna es uno de los nombres con los que le encantaría tener una colaboración, junto a artistas nacionales, como Niña Pastori, Vanesa Martín o Manuel Carrasco.
De su cita en la BUT, espera “sentir Madrid”, y promete que va a ser un encuentro “muy bonito”. Con “nervios, responsabilidad e ilusión”, Demarco Flamenco le sonríe al agua, y a la vida.