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MIRIAM SÁNCHEZ-HERMOSILLA| Repercusiones del uso prolongado del chupete y/o biberón
La columnista de SoydeMadrid.com habla sobre la necesidad de una correcta lactancia materna
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En la última década, los profesionales más allegados al ámbito neonatal en cuanto al desarrollo de las estructuras orofaciales y/o del sistema estomatognático (pediatras, odontopediatras y logopedas) han centrado su atención especialmente en el estudio de la relación del uso del chupete y/o biberón con el correcto desarrollo de las funciones orales no verbales (respiración, succión, masticación y deglución) aunque a menudo también se han estudiado las consecuencias sobre las verbales.

En primer lugar, es imprescindible comenzar poniendo sobre la mesa el tema de la lactancia materna natural. Tras la creación de los elementos utilizados para una mejor adaptación de la maternidad a la sociedad moderna y a ciertas dificultades que pueden darse tanto en las madres como en los recién nacidos a nivel de salud alimentaria, social y psicológica, desde hace más de un siglo, el uso del biberón y del chupete se concibe como una práctica habitual y saludable.

Sin embargo, ya se lleva advirtiendo desde finales del siglo pasado, especialmente a través de los médicos de familia (pediatras) y más recientemente a través de la logopedia, la gran necesidad de recuperar la lactancia materna exclusiva como la forma más natural con beneficios múltiples en todos los sistemas del bebé, y desde este siglo, la retirada del chupete lo más temprano posible o incluso el uso exclusivo de este en momentos de emergencia. Existen múltiples razones de estas advertencias reflejadas en las últimas investigaciones o en la evidencia clínica que obtienen profesionales de la talla de Belén Ordóñez Miyar y Andrea Plana González, logopedas especialistas en este ámbito.

Entre las razones en cuanto al uso de biberón, una de ellas es la independencia de la situación, pues la OMS desaconseja el uso del biberón, incluso en los casos en que ofrecer alimentos sustitutos a la leche materna se vuelve imprescindible, debido al impacto negativo en el desarrollo del comportamiento de succión del bebé. No hay que olvidar que la tetina es un sustituto artificial que, aunque intenta reproducir el pezón materno, no consigue que el bebé ejercite los mismos músculos que se ejercitan gracias a la lactancia natural. En los casos graves de riesgo de desnutrición se deben buscar alternativas a consultar con un profesional. Otra de las razones gira en torno a la forma de las tetinas utilizadas, Belén Ordóñez recomienda la succión con tetina anatómica, estando comprobado que dentro de las posibilidades es la que mejor va a favorecer un adecuado desarrollo intraoral.

En los casos graves de riesgo de desnutrición se deben buscar alternativas a consultar con un profesional

Entre las razones del uso del chupete existe una mayor controversia, según Belén Ordoñez en base a los últimos estudios de este año, lejos de interferir en una adecuada lactancia materna, favorece su consecución y mantenimiento siempre y cuando este se implemente solo en los primeros meses y con la tetina adecuada. Sin embargo, otros profesionales en los últimos años recomiendan utilizar cualquier otro recurso diferente. Lo único que está claro en este punto es que no se recomienda su utilización hasta que la lactancia materna se encuentra bien establecida para evitar el rechazo.

Si bien es cierto que esta información deja muchos huecos todavía por rellenar, pues no se han determinado con una elevada evidencia científica ciertas prácticas como la edad ideal a la que abandonar la lactancia materna, si puede seguir siendo complementaria a la alimentación sólida o semisólida en niños a partir de los 2 años o el uso recomendado del chupete con mayor precisión, sí se conocen con elevada evidencia las consecuencias del uso del biberón, del chupete y otros malos hábitos orales especialmente si se exceden los 2 años de edad. Estas repercusiones se recogen de forma global en alteraciones de la morfología intraoral y por consecuencia alteraciones en la funcionalidad. Estas incluyen el estrechamiento del paladar, maloclusiones como mordida abierta o cruzada, un desarrollo mandibular inadecuado, deglución atípica, etc. Inevitablemente esto puede provocar a su vez consecuencias a nivel de articulación de sonidos (trastornos de los sonidos, antes conocidos como dislalias).

Tras esta revisión resumida, se espera que quede clara la gran importancia de una correcta instauración de la lactancia materna previa al uso del chupete y el aumento de la consciencia de acudir a una asesora de lactancia especialista en el desarrollo del sistema estomatognático. Además, es muy importante hacerse preguntas en cuanto a la mejor forma de proceder y acudir a los especialistas aunque tan solo sea para informarse pues aunque la OMS y otras entidades reflejan edades recomendadas en ciertas prácticas, la recomendación en cualquier ámbito siempre será la observación individualizada de cada caso. Finalmente, aún con dudas, las consecuencias por la inconsciencia del uso de malos hábitos orales están más que comprobadas, tras los dos años ocurrirán alteraciones morfológicas que conllevan a maloclusiones y/o consecuencias a nivel articulatorio y/o deglutorio, las cuales conllevan tratamiento logopédico generalmente de duración extensa y afectación en otras áreas como la social y la emocional.

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