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El profesor de la UAH, Óscar Navajas, muestra su estudio sobre 'Turismo en espacios de conclicto'
El objetivo es analizar los bienes patrimoniales que se han puesto en valor y programado su visita turística en la Comunidad de Madrid
Alcalá de Henares |

Nuestro municipio presume de tener un excelente patrimonio histórico y arquitectónico que es digno de ver, nada más y nada menos que cerca de 500 obras de hormigón y unos 200 km de trincheras transitables, así como refugios, observatorios y caminos militares que se han conservado de la Guerra Civil española. Bajo el título ‘Turismo en espacios de conflicto’, así es como un profesor de la UAH, Óscar Navajas, con la ayuda de la Asociación Espacios para la Memoria, ha titulado su estudio en el que se investiga y analiza todos los bienes patrimoniales relacionados con la Guerra Civil en la Comunidad de Madrid.

No nos olvidemos que sumado a todas estas obras arquitectónicas, nuestros municipios vecinos también cuentan con elementos procedentes de la Guerra Civil, entre los que encontramos el museo de la batalla del Jarama, en Morata de Tajuña, los frentes de Somosierra, en Rivas-Vaciamadrid o Pinto, e incluso el ‘frente del agua’ en Puentes Viejas. Un sinfín de obras que la historia pone a nuestra disposición como puntos de interés turístico en la Comunidad de Madrid.

Por su parte, el profesor óscar Navajas señala que "este ámbito está viviendo un momento dulce, tanto a nivel institucional como profesional’, elementos como trincheras, búnkeres, caminos militares o refugios que aparecen de entre la maleza y vuelven a tener un valor turístico incalculable". Recordemos que la Comunidad de Madrid ya tenía bastantes puntos existentes donde se encuentran localizados algunos de los ‘yacimientos’ de la Guerra Civil con un alto valor patrimonial. Pero este nuevo estudio da un paso más y añade nuevos puntos visitables, ‘visitamos todos esos lugares y hemos analizado qué tipos de propuestas se hacen, cuánto se tarda en realizar los recorridos, qué yacimientos se han intervenido mediante recuperación o dónde se han hecho recreaciones, entre otros análisis’, nos cuenta el profesor de la UAH.

Empieza a haber un interés profesional y turístico, conscientes de que se trata de vestigios atractivos para el gran público gracias a un cambio de mentalidad de la sociedad

Además, desde la página de la Comunidad de Madrid, se ofertan diferentes puntos de turismo como yacimientos de la Guerra Civil, a saber: el Blockhaus de Colmenar de Arroyo, el frente de Pinto, la ruta de la Guerra Civil en Paredes de Buitrago, el refugio del Parque de El Capricho y las trincheras de Arganda del Rey. ‘De hecho, también se ha dado un paso importante mediante la creación, por parte de la Dirección General de Patrimonio, de una comisión de expertos para presentar un plan regional de fortificaciones, tratando de poner consenso en la terminología y en los modos de intervención de un patrimonio que no había sido tratado hasta ahora’.

En el caso de la Comunidad de Madrid queda mucho camino por recorrer en este ámbito de recuperación de la memoria de nuestra historia, aun teniendo una gran riqueza patrimonial existente. La pregunta que queda en el aire es si la sociedad española está preparada para que la Guerra Civil española se convierta en un producto turístico. El profesor de la UAH tiene sus dudas, ‘porque quedan aún muchas heridas por cerrar, pero debemos hacer el esfuerzo, sobre todo a nivel educativo, por asumir qué fue y qué supuso esta contienda y tratar de ponerlo en valor, como ya se hace desde el exterior’.

Según Óscar Navajas, a nivel internacional la Guerra Civil española, alejada de sentimientos y emociones, se estudia como un elemento fundamental en el devenir de la historia europea en diferentes aspectos: el desarrollo del anarquismo, el auge de los totalitarismos, la innovación en la maquinaria y la construcción bélica, el significado de la colaboración internacional en las contiendas (con la intervención de las brigadas internacionales) …’y España tiene ya un nivel de madurez en la recuperación del patrimonio suficiente como para entender que cualquier etapa de nuestra historia hay que desnudarla, releerla e investigarla para comprobar si merece la pena su conservación, porque al fin y al cabo forma parte de nuestra identidad’.