Me gustan las fiestas populares y disfruto con ellas. Me gustan las de Sanse, las del pueblo de mi familia y las de los pueblos y ciudades a las que me invitan. Y me gustan porque son un elemento fundamental en la vida de los municipios, especialmente en la de aquellos que, como sucede con Sanse, tienen un pasado rural no muy lejano que aún pervive en la memoria.
Las fiestas rompen el ritmo cotidiano de la vida, y sin duda es algo que esperamos con entusiasmo durante el año. Las celebraciones festivas son momentos de alegría y bienestar, son ratos de compartir con familia y amigos. Ese paseo por la feria, esa tapa en un puesto o caseta de una asociación o peña, ese saludo con el vecino o compañero de escuela o cuadrilla mientras escuchas al grupo que toca en la plaza… Esos momentos son maravillosos.
Pero desgraciadamente, las fiestas de Sanse han dejado de ser algo que disfruta el conjunto de nuestros vecinos y vecinas para ser vividas como un momento de ansiedad, cansancio y frustración por una buena parte de la ciudadanía.
Un ejemplo claro lo tuvimos el pasado pleno del ayuntamiento de San Sebastián de los Reyes. Asistieron varias vecinas del barrio centro para explicar los problemas de ruidos y altercados que sufren prácticamente todas las semanas. Esto se ve agravado por las frecuentes celebraciones festivas que el Ayuntamiento ha decidido realizar en su zona. La respuesta del Concejal de Festejos y autoproclamado vicealcalde, el Sr. Perdiguero, fue abandonar el salón de plenos.
Todos hemos visto las lamentables imágenes de la tarde de nochebuena y nochevieja, con gente haciendo sus necesidades en las aceras, entre los coches, en las entradas de los garajes o en las mismas puertas de las casas. Miles de personas se congregaron atraídas por la música y el dj contratados por el gobierno local de PSOE y Ciudadanos en la confluencia de varias calles estrechas. Y todo ello con muy pocas, por no decir ninguna, medida de seguridad.
También se han publicado lamentables imágenes del Sr. Perdiguero en las que, bebida en mano, jalea al público contra los vecinos y aquellos que creemos que puede haber fiesta y diversión sin molestar a los demás.
Estas imágenes se han repetido con la fiesta de la fundación del municipio o durante este fin de semana en fiestas en honor al Patrón San Sebastián, cuando de nuevo el Ayuntamiento decidió montar el escenario y poner música en estas calles estrechas. Y lo han hecho obviando la Plaza de la Constitución, lugar habitual para estas festividades ya que reúne mejores condiciones y que tiene muchos establecimientos comerciales cercanos que también se podrían beneficiar. Por supuesto tomando las medidas adecuadas para evitar molestias a los vecinos.
Las fiestas de Sanse han dejado de ser algo que disfruta el conjunto de nuestros vecinos y vecinas para ser vividas como un momento de ansiedad, cansancio y frustración por una buena parte de la ciudadanía
El Sr. Martín Perdiguero, y su amigo el alcalde, el Sr. Narciso Romero, intentan hacer olvidar su nefasta gestión, su abandono a los vecinos, sus aumentos de impuestos y sus cacicadas a base de fiestas y encierros.
Pero pese a que se las dan de amantes de las tradiciones, han reducido nuestras fiestas a un botellón al aire libre y en el negocio de unos pocos. Las fiestas ya no se enmarcan dentro de la noción de la tradición y el compartir. Se montan como negocio para sus amigos y se justifican únicamente por las ganancias que dejan. No les importa saber cómo las viven y sienten las personas que viven alrededor de las zonas afectadas.
Dicen que quieren convertir nuestras fiestas en las mejores de Madrid. Pero lo dicen sin valorar que la masificación, con miles y miles de visitantes, hace que los vecinos de nuestro municipio, grandes y pequeños, no puedan disfrutar como deberían de sus fiestas. Sobre todo cuando la gente que viene lo hace con bebida en sus bolsas, por lo que no dejan ningún beneficio económico en nuestra ciudad, pero que sí dejan peleas y basura a su paso.
Esta realidad se traduce en que la mayor parte de las asociaciones locales han dejado de participar en las diferentes fiestas. Es penoso que quieran que Sanse sea conocido por tener más encierros que Pamplona que por su cultura, su calidad de vida y su rico tejido asociativo.
En Izquierda Independiente lo tenemos claro: queremos unas fiestas donde participen el conjunto de asociaciones y grupos vecinales, que estén dirigidas al disfrute de la cultura y la música por parte de nuestros vecinos y vecinas y no a la auto propaganda de ningún responsable político. Queremos que las fiestas puedan ser disfrutadas, y no sufridas, por todos los vecinos, independientemente de dónde vivan. Queremos unas fiestas seguras donde el alcohol y los macro botellones no se conviertan en la normalidad.
Tenemos claro que hay que planificar un nuevo recinto ferial donde se puedan realizar los conciertos, la feria y disfrutar las casetas de asociaciones sin que supongan una molestia. Creemos que La Marina es un lugar estupendo para construir esa zona multifuncional donde realizar actividades lúdicas y culturales. Un lugar que el dúo de actuales (des)gobernantes mantiene cerrado desde hace años pese a tener los fondos suficientes.
Es indudable que las fiestas han cambiado desde aquellas del Sanse campesino de hace décadas, pero no podemos seguir permitiendo que sigan convirtiéndose en unas fiestas masificadas y enfocadas a las ganancias económicas de unos pocos en las que no quede espacio para compartir y disfrutar del encuentro entre vecinos.
Ese es nuestro compromiso para mayo.