Estimada presidenta de la Comunidad de Madrid, región en la que muchos nos hemos criado y que consideramos "casa", esta carta es para ti.
Lo primero, permíteme que te tutee desde el máximo respeto a tu figura. Considero que siempre has mostrado abiertamente la ideología que te mueve y, como todo pensamiento, hay que respetarlo. Sin embargo, me choca sobremanera tu postura en cuanto al registro de médicos objetores de conciencia al aborto. Si bien comparto contigo que este documento solo viene a estigmatizar a los profesionales que se dejan la piel por cuidarnos, considero que no estás siendo coherente con tus argumentos, ¿o es que hay médicos de primera y de segunda? ¿Ley de la Eutanasia, sí, aborto, a medias? La vida es vida siempre, presidenta.
Te lo pregunto porque, tras indagar en la hemeroteca, he podido comprobar cómo la Comunidad de Madrid sí hizo un registro de médicos objetores de conciencia para la Ley de la Eutanasia, denominada por algunos como "muerte digna", y por otros como una desgracia legal más. Al ver este documento, lo primero que hice fue acudir a las fechas, en mi cabeza no cabía la posibilidad de que se hubiera hecho bajo tu mandato, tenía que ser previo. Pues no, efectivamente, se firmó cuando tú ya eras presidenta.
Cualquier mortal puede acceder a este texto recogido en el corazón del Gobierno regional. En él se puede leer como, de acuerdo a la Ley aprobada en 2021, se elaboraba ese documento que abriría la puerta al señalamiento de médicos brillantes tan solo por tener una ideología contraria a "la moda". Un texto que tú misma dejaste que se hiciera, aunque ahora intentes redimir tu conciencia.
Sinceramente, considero que esa redención es posible, pero para que se dé primero hay que reconocer que ha habido un fallo, que has patinado. No obstante, todavía no hemos escuchado ninguna explicación con un mínimo de coherencia que arroje luz a tan burda disparidad de criterios, y no será porque tanto compañeros de mi gremio como ciudadanos te hemos preguntado por esta cuestión. Aun así, parece que el silencio sigue siendo el arma más usada en política, ¿también en tu Gobierno? Deseo equivocarme.
Por otro lado, aunque no comprenda esta incongruencia que ahora pagan los médicos, puedo intentar entenderte acudiendo a tu propia historia. Creo que, hablando francamente, el hecho de que hayas sufrido el aborto en tus propias carnes ha hecho que tu mirada cambie hacia este derecho que, hasta hace unos años, defendías, por lo que nos dabas a entender, a ultranza. Creo que, al haber experimentado el dolor desgarrador de una madre que pierde a sus hijos, has abierto los ojos ante una de las realidades más complejas de la sociedad y que con más frivolidad se está tratando.
Eres presidenta de una Comunidad que mueve España, pero ante todo, eres persona. Una mujer con su propio testimonio de vida. Y quizá sea cierto que el llamado "síndrome post aborto" no existe, podemos incluso considerar que este término lo ha creado una parte de la sociedad alineada con lo que ahora llamamos ultraderecha, porque parece que las personas colapsamos como no nos encasillemos o nos etiquetemos constantemente. Sin embargo, si este término "asqueroso" para muchos, "indiscutible" para otros, no es una realidad, ¿cómo es que tú has cambiado tanto de parecer con el aborto?
Quiero pensar que hay algo más allá de un mero gabinete de prensa o de un hombre de pelo blanco con varios tiros en sus espaldas. Ojalá poder conocerlo algún día. Tu testimonio, como el de tantas otras mujeres, podría ser un impulso para el cambio social.