‘Burnout’ o, simplemente, no poder más. Lo llames como lo llames, seguro que tú también has atravesado esta situación en algún momento de tu vida. No hablamos de una época de estrés puntual, si no de una serie de circunstancias que, en ocasiones, incluso llegan a cronificarse, manteniéndonos en el filo de la navaja. Aunque, generalmente, utilizamos el término ‘burnout’ en contextos laborales, lo cierto es que su uso se ha extendido a otros ámbitos y, recientemente, hemos comprobado que se está asociando también al de la maternidad y la crianza. Un estudio realizado por Make Mothers Matter revela que el 78% de las mujeres españolas que son madres padece sobrecarga mental y que son ellas las que soportan la mayor responsabilidad en el cuidado de sus hijos e hijas. La falta de conciliación nos pasa por encima, especialmente a nosotras, ya que, según este estudio, son las madres las que más reducen su jornada laboral y asumen la mayor parte de las tareas relacionadas con el hogar y con el cuidado de menores, viéndose afectado así su propio bienestar y su salud económica.
La sociedad está fallando a las madres. La situación en la que se encuentran las mujeres después de ser madres no es muy halagüeña. La mayoría demanda una baja por maternidad más larga, mayor flexibilidad a la hora de reincorporarse al trabajo, con horarios adaptados, o más horas de teletrabajo para poder conciliar y criar. Si a esta situación le sumamos el hecho de que la corresponsabilidad en los cuidados todavía está atravesada por una notable brecha de género, no es de extrañar que sean las mujeres quienes sufren más problemas de salud mental después de tener a sus hijos e hijas. Cabe destacar que, en este punto, las madres tampoco se sienten reconocidas ni encuentran el apoyo necesario cuando comparten sus malestares, situándose así en un margen invisible del que es complicado salir sin una red de rescate.
Nueve meses de embarazo. Una cesárea o un parto. El postparto. Los primeros meses de una nueva vida, que se entrelazan con el fin de la baja por maternidad. Después, la crianza y todo lo demás, como si nada. ¿Quién pretende que sigamos sosteniendo la vida, pero rindiendo como si no estuviéramos haciéndolo? Falta conciliación, corresponsabilidad y cuidados para todas las mujeres, especialmente para las que maternan.