Con el Plan de Industria recién presentado, las primeras críticas de la oposición no se han hecho esperar. Mientras el Gobierno de Almeida habla del documento como un resorte para hacer de Madrid “una ciudad con ambición y vocación de conseguir el mejor futuro para todos”, Más Madrid considera que “llega seis años tarde y que refleja el poco interés del PP en la industria” de la capital. El portavoz adjunto del grupo municipal tilda de “raquítica” la inversión de 200 millones que se destinará a un Plan de Industria que considera “manchado por la sombra de Cristóbal Montoro”. Eduardo Rubiño señala que la CEIM encargó estudios al despacho del exministro del Partido Popular, Equipo Económico, “por valor de 77.000 euros pagados con dinero del Ayuntamiento de Madrid”.
Además, Rubiño critica que el alcalde y su equipo no hayan contado con la oposición para sacar adelante este plan pensado para la industria madrileña, a pesar de que Almeida asegura que es fruto del “diálogo social, del esfuerzo compartido entre Ayuntamiento, CEIM y asociaciones sindicales”. Para el regidor esto “es una buena noticia, en los tiempos que corren”, y hace que el consistorio cumpla con su compromiso de “dar soluciones con una única voz para la mejora de la actividad industrial de la ciudad”. José Luis Martínez-Almeida explica que esta hoja parte de una situación en la que la actividad industrial supone el 7% de la economía de la capital. “Queremos que crezca, por eso dotamos este plan con 196 millones de euros traducidos en 44 medidas”, sostiene el alcalde de Madrid.
Con este plan, el Gobierno de Almeida busca la creación de nuevos polos de actividad estratégica, el refuerzo de la colaboración público-privada o la transformación del modelo de pyme industrial. Según explican desde el Ayuntamiento de Madrid, entre sus apuestas más novedosas destacan el desarrollo de medidas de movilidad sostenible y nuevas líneas de transporte al centro de trabajo. Señalan también la puesta en marcha de un Observatorio de la Industria y una oficina técnica de atención a la misma, la implantación de sectores industriales estratégicos o la creación de una Mesa para la formación y la transferencia industrial.