Musicales, teatro, restaurantes y mucha oferta cultural, comercial y de ocio. Seguro que más de uno pensamos en algo así cuando la Gran Vía de Madrid se nos viene a la cabeza, pero en los edificios se esconden historias como la de María, que lleva viviendo en el número 73 de estar arteria principal desde 1969. Ahora tiene 82 años y la empresa propietaria del bloque “ha reconvertido la mayoría de viviendas en pisos turísticos ilegales y está intentando expulsar a los poquísimos inquilinos que quedan, entre ellos, la propia María”. Así lo denuncia Más Madrid, asegurando que en este edificio de Gran Vía “los pisos turísticos ilegales campan a sus anchas, se anuncian en redes sociales y están funcionando pese a las denuncias, a pesar de que tienen órdenes de cese de actividad que no cumplen y de que han hecho obras ilegales”.
Eduardo Rubiño asegura que “María recibe desde hace varios meses un acoso y derribo constante para que se vaya de la que es su casa”, mientras todo esto “pasa delante de los ojos de Almeida”, al que critica por “favorecer la expulsión de vecinas y familias y la transformación de la ciudad de Madrid en un megahotel para que los grandes propietarios, inversores y fondos buitre hagan caja”.
“Preguntamos a Almeida qué trámites tiene que hacer un edificio como el de María para cambiar de uso residencial a uso de hospedaje en virtud del Plan Reside”, plantea el portavoz en funciones de Más Madrid, acusando al alcalde de la capital de “hacer la vista gorda” y de “no poner coto a la proliferación de las VUT ilegales en edificios residenciales”.
El regidor madrileño asegura que es la propia Fiscalía la que dice que se ha actuado “con diligencia con el Plan Reside”. “Que la izquierda diga qué hicieron ellos. Nosotros hemos logrado 2.500 viviendas turísticas menos. Somos el primer gobierno que autoriza pasar de edificio terciario a residencial”, explica Almeida, asegurando que se informará sobre “el caso de esta señora para dar instrucciones y hacer posible su asistencia en todo momento”.