La directiva de la ONU nos insta a buscar la educación inclusiva como un camino hacia la igualdad. Sin embargo, al tratarse de discapacidad, la noción de igualdad se vuelve relativa y requiere un enfoque personalizado en base a las necesidades individuales. La educación inclusiva no puede ser una simple cuestión de integración superficial, sino un compromiso profundo con el cuidado y la atención personalizada que cada estudiante con discapacidad se merece.

Al escuchar las voces de padres, profesores y las propias personas con discapacidad  hemos sido testigos de los desafíos y las dificultades que deben superar diariamente para obtener una educación de calidad. Hemos comprendido la importancia de garantizar el derecho a cada estudiante para acceder a las oportunidades de aprendizaje adaptadas a sus propias necesidades.

No podemos permitirnos ser complacientes ni caer en un enfoque simplista. La igualdad real requiere algo más que simples políticas y retórica. Requiere una profunda reflexión sobre cómo equilibrar la inclusión con la atención personalizada que los estudiantes con discapacidad necesitan desesperadamente.

En un mundo donde a menudo se valora la uniformidad, es fundamental recordar que la diversidad es nuestra mayor fortaleza. Nuestro desafío como sociedad es crear un entorno en el que cada persona, independientemente de sus capacidades, pueda florecer y contribuir plenamente. No podemos permitirnos dejar atrás a aquellos que necesitan un enfoque educativo y un cuidado personalizado.

En los próximos 10 años, el destino de las escuelas especiales en España se convertirá en un capítulo crucial en nuestra búsqueda de una educación inclusiva y equitativa. Es necesario que tomemos decisiones informadas, basadas en el respeto por la individualidad y la valoración de cada vida. Solo entonces podremos construir una sociedad verdaderamente igualitaria, donde la educación sea una herramienta poderosa para abrir puertas y eliminar barreras.

El desafío está ante nosotros. ¿Estaremos a la altura? ¿Nos atreveremos a romper con los paradigmas establecidos y a construir un futuro en el que la inclusión individual sea una realidad palpable? La respuesta está en nuestras manos, y el destino de las escuelas especiales en España será un testimonio de nuestra determinación para forjar un mundo en el que todos tengan la oportunidad de brillar.