La reducción de la jornada laboral protagonizó un extenso debate en el Congreso de los Diputados, donde se crearon dos bloques, el de los fieles defensores de la propuesta y el del Partido Popular, VOX y Junts, quienes mantuvieron firmes sus enmiendas a la totalidad del proyecto de Ley. A pesar de los intentos de Yolanda Díaz por sacar adelante la medida, apoyándose en la presencia de los representantes sindicales y en más de cien mil firmas a favor, la ministra de Trabajo vio cómo su proyecto volvía al Gobierno, sin posibilidad de aplicación, de momento.
Durante el debate, Díaz se dirigió a "las tres derechas de nuestro país" para denunciar que se estaban poniendo del lado de aquellos que "se están forrando", mientras el Gobierno de España se coloca junto a la clase trabajadora, aseguró la ministra. "Este debate va de algo que tiene que ver con la democracia, el reparto de la riqueza", continuó la parlamentaria, "hablamos de media hora diaria al día para la gente trabajadora".
Por su parte, los tres partidos que presentaron las enmiendas a la totalidad salieron al estrado para explicar al Gobierno por qué no apoyaban la propuesta. El primero en intervenir fue Josep María Cervera, del grupo parlamentario de Junts, quien dejó claro que sabía que este no al proyecto supondría "más presión y más ataques" a su formación política. El diputado argumentó que Cataluña se había configurado bajo las premisas del mérito, el trabajo y la constancia, "la cultura que hace viable los negocios, la que crea puestos de trabajo, la que ofrece oportunidades para todo el mundo y la que genera riqueza para distribuirla, fomentando la inclusión social".
No obstante, es Sumar quien, a juicio del parlamentario, había trasladado a las calles la falsa necesidad de reducir su jornada laboral como respuesta a sus necesidades, "y nada más lejos de la realidad. Nada más lejos de las necesidades de nuestro país, de su tejido económico y de las prioridades de los trabajadores". Es más, para Junts, la propuesta no era más que el propio proyecto personal de Yolanda Díaz para su "supervivencia política".
VOX fue el segundo en intervenir. José María Figaredo, diputado del partido, se dirigió a la ministra de Trabajo para dejarle claro que su proyecto de reducción de jornada laboral era "una mentira" contra los trabajadores, y sería "una trampa". Además, Figaredo aseguró que Sánchez estaba llevando a Díaz "al matadero", porque él sabía que la norma iba a decaer, pero "en una especie de precampaña electoral, quiere que usted se desgaste".
Por otro lado, el parlamentario de VOX quiso dar un giro a los datos que había arrojado previamente la ministra, jactándose de que el país rozaba cifras récord en número de empleados y autónomos. "España es, a día de hoy, el país con más paro de la Unión Europea, de la OCD", destacó Figaredo, asegurando que la izquierda se empeñaba en "maquillar" los datos.
"¿Qué tipo de insulto a los españoles es este?", cuestionó el diputado, señalando que Díaz estaba intentando "vender" que había que trabajar menos en un país en el que, per se, falta empleo. "Esta medida sí tendrá un impacto terrorífico para las pequeñas y medianas empresas" y, en definitiva, para la clase trabajadora del país.
El último en intervenir fue Juan Bravo Baena, diputado del Partido Popular, quien aseguró que el proyecto de ley invadido "por la ideología", no por la objetividad. Así se podía comprobar en la primera línea del texto presentado pro Trabajo, donde se leía una frase de un historiador británico marxista. "Es un proyecto que nace sin diálogo, que ignora la realidad del tejido productivo y que, de aplicarse, supondrá un duro golpe para los trabajadores y para las empresas".