Tras la firma del acuerdo bilateral entre el Gobierno de España y la Generalitat de Cataluña, las reacciones no se hicieron esperar. El pacto, que sienta las bases del nuevo modelo de financiación catalana, ha dejado una estela de dudas acerca de la posición en la que queda España si esta región se convierte en un cuasi Estado para que Pedro Sánchez pueda conservar el apoyo de los independentistas. Y es que, ¿acaso España está en venta?
Para la presidenta de la Comunidad de Madrid, una de las primeras en reaccionar, tanto el Ejecutivo central como la Generalitat han firmado la "sentencia de muerte" del país. Así lo denunció Isabel Díaz Ayuso, asegurando que este es el precio del presidente del Gobierno para mantenerse en el poder. "Sánchez nos vende a todos los españoles y a esta nación de siglos a cambio del cupo separatista", es más, "él pone la cama, y los españoles pagan".
No obstante, la líder madrileña señaló que Sánchez se encontraría con la Comunidad de Madrid en frente, y adelantó que recurriría el acuerdo con Cataluña ante la Audiencia Nacional y el Tribunal Constitucional.
Una línea similar siguió su compañero de partido, Borja Sémper. El portavoz nacional del PP aseguró que el "cupo catalán" respondía a otra cesión de Sánchez para "intentar mantener a un Gobierno a flote", además de alargar "la agonía" del presidente.
Así mismo, el popular recordó las declaraciones de uno de los partidos que promueven el independentismo cuando señaló que había que aprovechar "la debilidad de Pedro Sánchez, corramos, porque queda poco tiempo". Y es que, "lamentablemente, estamos ante la compra del silencio de sus socios, y ante la corrupción con el dinero de todos".
El tercero en discordia fue VOX. El partido liderado por Santiago Abascal destacó que los independentistas tenían al presidente del Gobierno "agarrado por aquella parte", y sentenció que dicho acuerdo bilateral produciría graves daños a la unidad "y a la supervivencia de España". Además, José Antonio Fúster, portavoz nacional del partido, adelantó que, como siempre, "las consecuencias las sufrirán los españoles".