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Hay fechas que dejan huella. Para el ya exalcalde de Serranillos del Valle, Iván Fernández, fue el 16 de octubre de este año; momento en el que diez años después de tomar el bastón de mando anuncia su salida de la política. Hace unas semanas conocíamos quién iba a ser su sustituto, Rubén Fernández; una bienvenida que era un secreto a voces para muchos pero que dejaba muchas incógnitas entre los vecinos. Dicha sesión ha sido la única en la que hemos visto a Iván Fernández como concejal, únicamente. Una posición distinta a la que solía estar acostumbrado, reconoce.

Con un vídeo compartido desde su perfil personal en Facebook, Iván Fernández reconocía que su ciclo "termina definitivamente", pero lo hace "con la tremenda ilusión de irme en lo más alto, de haber sido alcalde en las tres elecciones en las que me he presentado y de no haber estado nunca en oposición". Hechos que para él mismo suponen "un gran logro como político".

Fernández considera que "es el momento de buscar nuevos retos y volcarme en ellos como lo hice aquí, con toda mi energía, ilusión y toda mi capacidad". Por todo ello, en el pasado pleno de octubre trasladó a sus compañeros de equipo su decisión de entregar el acta como concejal, desvinculándose así de la política definitivamente. Una noticia a la que también ponía fecha: el próximo 7 de enero.

Él mismo se sinceraba exponiendo que la decisión de no terminar la legislatura en activo. Fernández esperará hasta enero de 2026 porque existen muchos temas todavía que zanjar: "No me voy antes porque quiero dejar atado todo lo que está pendiente para que Rubén no tenga que empezar de cero y no lastrar al sistema de la burocracia que tenemos en este país y a todos", explica. Por ello, recuerda que se quedará asistiendo al nuevo primer edil y a su equipo.

Fernández ha sido sincero al señalar que la transición de 10 años como alcalde a concejal es "muy complejo" y, basándose en sus principios de justicia y honestidad, cree que debe abandonar si no siente esa motivación. Además, ha mencionado que su continuidad no tiene sentido porque su "sombra" podría pesar sobre las decisiones del nuevo alcalde.