"¡Sánchez, dimisión!". Perdonadme, pero, ¿todavía tenéis la poca vergüenza de pedir al presidente del Gobierno de España que se vaya teniendo al presidente de una región con la conciencia manchada de sangre? Si bien es cierto que, efectivamente, Sánchez debería dejar La Moncloa por numerosos motivos, hoy no es su día, ni esta una opinión que le vuelva a dar protagonismo. Este artículo es para ti, Carlos Mazón, quien conducido por la avaricia destruyó familias y sepultó vidas. No serás un asesino al uso, pero sí cómplice de cientos de muertes.
"Hijas, se ha destruido la fábrica, nos meten en un ERE", "No localizo a tu madre", "Su marido ha desaparecido", "Hemos encontrado el cuerpo de su hijo"... Carlos, ¿te imaginas ese dolor que desgarra por dentro cuando sabes que no volverás a ver a un ser querido? ¿Te pones por un momento en el lugar de aquellas personas que, económicamente, han perdido todo y no tienen un sueldo vitalicio para poder sobrevivir? Mira el llanto de tu pueblo, mira las vidas que has destrozado. Sí, míralas, porque eres responsable. No eres víctima, eres verdugo.
A más inri, sales un año después con un maquillaje de humildad que, si te soy sincera, se ve a kilómetros que no pega con tu cara de cemento armado, para anunciar que te marchas. ¡Un año después y más de 200 personas fallecidas! Ojalá las palabras pudieran trasladar la repulsión que genera tu desfachatez y tu falta de lealtad, incluso con tu propio partido, al que pareces señalar como responsable de no haber pedido al Gobierno la declaración de "emergencia nacional". Entiendo que no te caiga en gracia Feijóo, es una persona complicada, pero Carlos, tienes maniobras verdaderamente guarras, hablando en plata.
Pero la desgracia que trae tu persona no termina aquí. Ayer escuchábamos rumores acerca de una posible baja médica que pensabas solicitar, habladurías que parece que hoy se han desmentido, y menos mal. Llegas a dar ese salto de cobardía y pasarías a la historia no solo como el presidente que lapidó a su pueblo, sino como el más cobarde de muchos, incluso de vuestro enemigo común, Sánchez.
Así que nada, por el bien de las víctimas, de todos los valencianos, de España y de tu propia conciencia, si es que aún la escuchas, di la verdad, deja de proporcionar información que, a la larga, no solo no casa, sino que te deja con el culo vendido; donde tengas la olla no metas nada más (consejo), y vete. A lo mejor, dentro de un tiempo, tu persona deja de darnos asco.