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“Más de la mitad de los jóvenes con discapacidad no han trabajado nunca”
El coronavirus ha mandado al paro a 36.000 menores de 25 años en Madrid
Madrid |

El coronavirus ha hecho mella en nuestra economía, especialmente en el empleo. Los ERTEs y la destrucción de puestos de trabajo han supuesto uno de los principales efectos secundarios que nos ha dejado la pandemia. Aunque todos los sectores han sufrido sus estragos, lo cierto es que los jóvenes son los más perjudicados. Se estima que unos 36.000 madrileños menores de 25 años han perdido su empleo debido al Covid-19 entre los meses de marzo y junio.

Una circunstancia que se agrava si nos referimos a los jóvenes con discapacidad. Más de la mitad de los jóvenes con discapacidad no han trabajado nunca. Así se desprende del último informe elaborado por la Fundación Adecco.

Tan solo uno de cada 10 jóvenes con discapacidad tiene empleo

 

Previsiones apocalípticas

Las previsiones del informe son apocalípticas. La Fundación Adecco exige medidas urgentes que palíen los estragos de una pandemia cuyas consecuencias pueden resonar en el sector del empleo “durante décadas”. Según Francisco Mesonero, director general de la Fundación Adecco: “Si no se acometen medidas inmediatas de fomento de la empleabilidad en los sectores en auge, las secuelas de la COVID-19 afectarán durante décadas a la generación de jóvenes de nuestro país, y muy especialmente a aquellos con discapacidad que ya hacían frente a situaciones de discriminación y dificultades añadidas antes de la pandemia. Estamos en un escenario crítico para no dejarles atrás y evitar que las consecuencias económicas del coronavirus ahonden la brecha de desigualdad. Todos los esfuerzos han de ir encaminados al empleo sostenible como único garante para construir un futuro próspero, igualitario e inclusivo”.

En la era pre-COVID se contabilizan 9.419 jóvenes con discapacidad inscritos como demandantes de empleo en España, según el informe El empleo de las personas con discapacidad 2019 (SEPE). “su desempleo se cronificará si no se les acompaña en el proceso de búsqueda y se acometen medidas que les permitan conectar con las necesidades de un mercado en continuo cambio”, sostiene Mesonero.

La desigualdad roza máximos en el ámbito laboral y la discapacidad: tan solo uno de cada 10 jóvenes con discapacidad tiene empleo.