Víctor Ramos
@v_Ramos17
Igual que cuando abres el armario y no sabes que prendas combinar, al abrir la nevera para ver qué tipo de ensalada haces, sientes la misma sensación, ¡me faltan ingredientes!
Hay que seguir dos claves fundamentales para hacer una ensalada perfecta. Jugar con los sabores y las texturas y por otro lado hacer una vinagreta que combine con tu ensalada y ensalce sus sabores principales. La ensalada perfecta será la que equilibre los sabores fundamentales y las texturas principales.
Los sabores fundamentales son cinco: dulce, salado, ácido, amargo y umami, este último más desconocido que los otros, por ser un sabor más sutil, construido con la mezcla de los otros 4 y que sabe a “sabroso”. Para tener una ensalada equilibrada en sabor: Introduciremos ingredientes dulces como pueden ser el arroz o las legumbres, pasas, dátiles, zanahorias o frutas de temporada o miel. Podemos introducir ingredientes salados como puedan ser pescados, aceitunas, mostazas, soja, algún queso o cecinas.
Los ingredientes ácidos por otro lado son, frutos secos, semillas, cítricos, jengibre... Los ingredientes amargos que podemos introducir son rúcula, flores... Y, por último, los ingredientes con alto contenido en umami serán quesos, jamón, tomate... A la hora de jugar con las texturas, hemos de crear una construcción equilibrada y con todas las notas de textura que existen.
Nuestro paladar disfruta con mayor placer un bocado más redondo con todas las texturas que un bocado más plano. En cuanto a las vinagretas serán las encargadas de ligar todos esos sabores y acentuar algunos por encima de otros. Aquí podemos elegir si queremos llevar nuestra ensalada a unos puntos más dulces o salados y ácidos, etc.
La ensalada nos ayudará a disfrutar de la gatsronomía más refrescante y sana. Bon appetit!