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Mari Carmen González: “el objetivo principal es que los niños aprendan siendo felices”
La profesora del Colegio Pablo Neruda nos cuenta cómo comenzó su vocación en un pueblo de Ávila, Arevalillo, en la escuela de su padre
Alcalá de Henares |

Mari Carmen González es escritora, maestra en el Colegio Pablo Neruda, licenciada en Psicología, diplomada en Pedagogía Terapéutica y monitora de Educación Sexual. También ha realizado varios cursos, y es autora de varios cuentos infantiles como El Brujo Pirujo y La Cueva de la Pintura.

Su vocación como maestra comenzó “cuando tenía 7 u 8 años aproximadamente, le quitaba a mi padre las llaves de la escuela y me iba a dar clase a las mesas, me imaginaba niños en los pupitres y les daba clase”. Su padre era el maestro de Arevalillo, un pueblecito de Ávila. Además, hace apenas tres años Mari Carmen volvió a aquella escuela, esta vez ya como maestra, a presentar sus libros de El Brujo Pirujo.

En su faceta como maestra, para Mari Carmen los fundamental es “que los niños aprendan siendo felices”, añade que a los más pequeños hay que enseñarles desde la parte afectiva, aunque ahora está muy de moda lo de la afectividad y las emociones, muchos profesores como ella lo llevan trabajando desde hace más de 25 años, “los que tenemos vocación lo venimos trabajando desde siempre”.

Cada año, a comienzo de curso, a Mari Carmen le gusta llevar a sus alumnos al patio del colegio, para ella “en el primer día es fundamental que el niño se sienta querido, y ese día es cuando trabajo los valores”. Desde el primer día les enseña a respetar a sus compañeros, tengan las dificultades que tengan. También les inculca la ayuda a los demás, “si un niño tiene un problema nosotros le vamos a ayudar, y todo lo que supere se lo vamos a aplaudir, con esto los niños aprenden el respeto y el valor de los demás”.

Otra de las cualidades de Mari Carmen es la de la creatividad, con ella comenzó sus libros y cuentos infantiles, aunque “no soy escritora por vocación, maestra sí, escritora no”. Ella comenzó a escribir con una finalidad, ayudar a sus alumnos a aprender, “escribí cómo los niños podían aprender matemáticas a través de los cuentos de El Brujo Pirujo”. En la actualidad, muchos de sus alumnos con los que ha podido reencontrarse se acuerdan aún de estos cuentos, “la escritura fue un recurso para que los niños aprendieran siendo felices”.