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Alcalá y el Cid Campeador
En el Cantar del Destierro aparece por primera vez Alcalá de Henares
Alcalá de Henares |

Fita Ayuso | por guadalfajara

Fasta alcala | lleguen las algaras

E bien acoian | todas las ganancias

Que por miedo de los moros | no dexen nada

Sos caualleros | llegan con la ganancia

Dexan la a Mio Çid | todo esto non preçia nada.

Afevos los .ciii. | en el algara,

E sin dubda corren; | fasta alcala lego la seña de Minaya,

E desi arriba | tornan se con la ganancia

Fenares arriba | e por guadalfajara.

He aquí el Cantar del Destierro, perteneciente al Cantar del Mío Cid, primera gran obra de la literatura castellana en la cual se menciona por vez primera a Alcalá de Henares, el Valle del Henares y Guadalajara.

Don Rodrigo Díaz de Vivar, más conocido como “el Cid”, nació en torno al 1048 y fallecería en torno al 1099. Casi todas las naciones europeas cuentan con su héroe, con su mito o mitos fundacionales. Francia podría tener a Carlomagno y al caballero Roland, Inglaterra al mismísimo San Jorge y al Rey Arturo. Nuestro país, a pesar de los difícil de la elección, tendría a Don Pelayo y al propio Cid.

 Alcalá tenía fuertes murallas que evitaron que la ciudad fuera saqueada

Ese caballero maltratado y vilipendiado por su rey, el castellano Alfonso VI, quien envidioso del Cid y deshonrado por este tras el Juramento de Santa Gadea -en el cual el Cid hizo jurar a Alfonso que no tenía nada que ver con la muerte del anterior rey, hermano a su vez de Alfonso, Sancho II de Castilla.

Debido a esto, el Cid será condenado a destierro por lo que se vería obligado a abandonar Castilla, su hogar y con sus caballeros más fieles parte hacia tierra mora en la cual alcanzará la gloria, hasta convertirse el mismo en rey de Valencia. Dentro de estas campañas de saqueo (razias) llevadas a cabo por el Cid, atacarán Alcalá y todo el Valle del Henares, llegando hasta Guadalajara, ciudad que según cuenta la leyenda el lugarteniente del Cid, el famoso Álvar Fáñez de Minaya, arrebataría a los musulmanes.

Alcalá, sin embargo, gracias a sus fuertes murallas situadas en la, a día de hoy conocida como “Alcalá la vieja” de cuyos restos arqueológicos podeos disfrutar, evitó que la ciudad corriese la misma suerte que Guadalajara.

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