El parque público que se construirá en la parcela municipal situada entre las calles José Isbert y Juan Echanove será el primero de España en aplicar un sistema de recogida y reutilización de aguas pluviales y grises. Innovación, inclusión y sostenibilidad: son los tres ejes sobre los que pivotará este espacio verde, que alfombrará 14.198 metros cuadrados y cuyo proyecto de ejecución fue aprobado por el Gobierno municipal el pasado 13 de mayo. Ahora el Ayuntamiento debe licitar la adjudicación de las obras, que no empezarán hasta dentro de unos meses, por los plazos que rigen en la administración. Y la previsión es que no concluyan hasta finales de 2026.
El nuevo parque apuesta por una sorprendente fusión de elementos recreativos y medioambientales: un parque de agua con chorros, un área intergeneracional de ocio y deporte (pistas de baloncesto, voley playa, patinaje o rocódromo infantil), una zona bioclimática, una zona de merendero, un área canina, un quiosco de hostelería, aseos con baño para personas ostomizadas y una plaza central con gradas que permitirá acoger representaciones culturales. Placas solares traslúcidas sobre las pérgolas generarán energía limpia que alimentará al parque, señalan desde la Concejalía de Transición Ecológica, responsable del proyecto.
Crecerán más de un centenar de árboles, de 20 especies diferentes, a los que acompañarán una amplia variedad de masas arbustivas para dar cobertura a las zonas ajardinadas. Una parada de autobús se habilitará en un lateral. Y una compostera comunitaria convertirá residuos orgánicos domésticos en abono para las zonas ajardinadas.
Una de las novedades pasa por el uso de tecnología punta para el aprovechamiento de los recursos hídricos, con un sistema de recogida de aguas pluviales y grises (estas últimas procedentes de los aseos públicos y de los vestuarios para el personal de la empresa municipal Rivamadrid) que, una vez tratadas y desinfectadas, se destinará al riego y fertilización.
Se trata de un sistema desarrollado por el Instituto IMDEA Agua y la Universidad de Alcalá, utilizado ya en otras ciudades de Europa, pero no en España. Rivas será la primera en introducirlo en una zona verde. Además de pulmón verde y laboratorio de economía circular (se aprovecha cada gota de agua y energía), el parque cumplirá su función de espacio de convivencia para la ciudadanía de todas las edades y capacidades.
La construcción con criterios de accesibilidad universal, con especial atención a la diversidad sensorial, se ha realizado en colaboración con la entidad Surestea, que trabaja con personas con TEA y sus familias, y a la que el Ayuntamiento ha consultado.
La inversión asciende a 2,3 millones de euros, con una ejecución en dos fases. La primera licitación, en 2025, se eleva a 1,6 millones. Con los otros 700.000 euros, para la segunda licitación en 2026, se instalarán el parque de calistenia, los circuitos biosaludables, el parque de agua o los juegos infantiles.