Llevamos muchos meses discutiendo si la llegada de migrantes por mar, huyendo de sus países de origen, debería controlarse de una manera más estricta; si deberíamos expulsar a todo aquel o aquella que venga a delinquir; si vienen bajo el control de mafias; si son más hombres que mujeres y niños; si deberíamos darles cobijo o no.
Pero la verdad es que seguimos discutiendo, y no se plantea ninguna solución. Se han creado centros de recogida en muchas ciudades del territorio español, es verdad que se ha utilizado la ideología política para "colocar" a los migrantes en unas u otras ciudades, sin pensar la necesidades que puedan tener estas personas.
Se habla de que tienen que venir a trabajar, pero no se les ayuda para ello. Y el campo, ¿quién lo trabaja normalmente? ¿Quién suele quedarse en puestos que casi nadie quiere? Son preguntas que muchos nos hacemos y que todavía no ha tenido una respuesta rotunda.
Pues bien, después de comentar esto, sale a la palestra el llamado visado por puntos migratorio. Esto me recuerda a las cartillas que te daban con los yogures para conseguir una camiseta o una mochila... ¿Quién va a expedir estos visados? ¿Un funcionario sentado en una mesa en pleno puerto canario o malagueño? ¿Se les va a hacer foto para que no se puedan pasar el visado unos a otros? ¿Quizás se coloque un fotomatón enchufado a una vela para que pueda realizarse la gestión?
Esto es de coña, pero mientras estamos hablando de esto, no hablamos, de los conflictos bélicos, de la falta de ayudas, de la falta de gestión de la llegada de tantas personas, de pensar cual es el principal problema que tienen en sus países de origen.
¿Cómo se les puede ayudar? Quizás se les puede dar una segunda oportunidad dejando que se establezcan en los pueblos vacíos que hay a lo largo de nuestra península. Quizás se les puede dar herramientas y cimientos para poder empezar una nueva vida, y el que venga a fastidiar se le invita a abandonar la comunidad y volver a su país de origen, pero eso decretado por la justicia no por cuatro chupatintas que no saben hacer la "O" con un canuto.
Vamos a sumar, vamos a aportar, vamos a usar el sentido común. Pensemos que son personas las que necesitan nuestra ayuda; nosotros probablemente la necesitemos en algún momento. No todos los migrantes son delincuentes. Si no, fijaos cuánto delincuente ya tenemos en nuestro sistema político, y ellos encima están siendo mantenidos por todos nosotros.