La fiesta mayor de Sant Martirià es una de las fiestas más importantes de Banyoles, Gerona, y tiene un origen profundamente religioso. Pues este año han decido dar un paso más y darle relevancia no solo por lo que se celebra, sino por cómo lo van a hacer. Desde el organismo competente al que quiero mencionar entre poco y nada, han elaborado un cartel de los más... Iba a decir original, pero es feo como él solo, basto, cutre y completamente irrespetuoso hacia, de nuevo, un colectivo del que todos se quieren aprovechar, porque menudas vacaciones nos han dejado.
Sin más dilación voy a hacer una breve descripción del nuevo símbolo de sátira mal “parida”, en tanto en cuanto que su creador debe tener pocas conexiones cerebrales. Insisto en que esta festividad tiene un carácter religioso y que el protagonista fue un santazo al que se le reconocieron varios milagros, entre ellos devolver y proteger la propia historia de Banyoles, sus raíces.
Así, en la parte derecha del cartel podemos ver a una figura como de un obispo con gafas de sol, un martillo en su mano izquierda y unas copas en su derecha, muy moderno y “empoderao”. Más abajo, esta frase: Deixem-nos d’Hosties ja son barraques, cuya traducción es “Dejémonos de Hostias, ya son Barracas”. En fin, no hay que ser muy listo para saber que esta palabra para los católicos tiene un significado muy importante, pues representa el Cuerpo de Cristo y, como tal, se le tiene un gran respeto.
Y me diréis, bueno y a mí, ¿qué? Pues que tú y yo sabemos que si este cartel tuviera mensajes susceptibles de ser mal interpretados por otro tipo de colectivos, ya estaría fuera de las calles en menos que canta un gallo.
Sin embargo, lo fácil y asequible, lo que resulta morboso casi para esta sociedad, es atacar a un grupo cuyo máximo pecado, y permíteme usar esta palabra, es haber tenido una historia, en ocasiones, complicada, aunque ahora bastante actualizada para poder pedir perdón y dar respuesta a las necesidades actuales. Además de dar cobijo a todo aquel que lo necesita, predicar el Amor sin miedo e intentar mantenerse en pie a pesar de las innumerables persecuciones, degradaciones, vejaciones y torturas que sufren los que la siguen. Te invito a ver el número de católicos muertos en Nigeria, una tragedia.
Así que sí, atacar los más profundo de una creencia es un acto de odio hacia la misma, pero aprovecharte de las fiestas que ha dejado para el disfrute de todos, como las vacaciones de Navidad o Semana Santa, y aún así despreciarla, es un acto de imbecilidad supina. ¿Tanto daño hace una religión que proclama el amor? No te digo que tengas fe, ni siquiera que investigues sus raíces en profundidad para comprenderla, simplemente, usa tu materia gris para dar una vuelta a las injusticias que ya se normalizan, a pesar del daño que hacen.