La última vez que los españoles fuimos convocados a las urnas fue el 9 de junio de 2024 y casi 18 meses después ya vislumbramos nuevos procesos electorales que irán acercándonos a la gran cita electoral del año 2027 cuando está previsto que en mayo se renueve todo el poder local y parte del autonómico, y en junio se convoquen las generales, tal y como no se cansa de repetir el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.
Por calendario, la primera cita será el 15 de marzo de 2026 cuando se agota la legislatura de Castilla y León y el presidente, Alfonso Fernández Mañueco llamará a las urnas. Después vendrán las andaluzas, en junio de 2026, con Juan Manuel Moreno Bonilla jugándose su puesto e intentando revalidar una mayoría absoluta que le ha permitido gobernar con total comodidad los últimos años. A estas dos importantes citas se podrían sumar otras dos elecciones autonómicas, en Aragón y en Extremadura. El aragonés Jorge Azcón gobierna en minoría y eso hace que no tenga los apoyos necesarios para aprobar sus presupuestos. A la extremeña María Guardiola le sucede lo mismo con sus cuentas públicas. Y ambos dirigentes tendrán que convocar elecciones si no pueden sacar adelante sus cuentas públicas, que es justo lo que le critican a Pedro Sánchez a nivel nacional.
Los cuatro barones populares se juegan mucho en el envite, pero también lo hará Alberto Núñez Feijóo que está agotando el crédito que le dio su partido cuando le trajo de Galicia. Una rotunda victoria de los populares en Castilla y León, Andalucía, Extremadura y Aragón, pondría en un aprieto serio a un PSOE que consume la legislatura sin presupuestos, con amenazas de sus socios cada semana y con un panorama judicial que no tiene visos de remitir.
Pero estas citas electorales también podrían ser una oportunidad para los socialistas. Un descalabro de los pupilos de Feijóo podrían hacer caerse como un castillo de naipes el proyecto popular. Y en ese hipotético futuro, Isabel Díaz Ayuso sacaría el mazo para apartar al actual presidente del PP. El PSOE tendría que hacer muchas cosas bien para que esto ocurra, pero está en su mano.
El PSOE tendría que acertar con los candidatos. Carlos Martínez, se vende como un "alcalde para Castilla y León" y quiere llevar a toda la Comunidad autónoma sus éxitos electorales en Soria. Veremos si lo consigue. En Andalucía, la vicepresidenta, Mª Jesús Montero llegó dispuesta a acabar con el actual gobierno, pero su doble función de ministra entre semana y candidata los fines de semana le resta muchas opciones, no lo digo yo, lo dicen las encuestas. El PSOE de Andalucía tiene una opción más contundente que no debería descartar: Ángeles Ferriz que cada vez que habla Moreno Bonilla se echa a temblar. En Aragón, otra ministra, Pilar Alegría, intentará arrebatarle el poder al PP, pero al igual que ocurre con Montero, su doble papel le resta opciones electorales. Y en Extremadura, las encuestas dicen que María Guardiola podría mejorar los resultados de 2023. Miguel Ángel Gallardo, secretario general de los socialistas extremeños, debería disputarle el puesto, pero se echará de menos la fuerza de Guillermo Fernández Vara.
Los socialistas también deberían trabajar para sacar de la abstención a los que han caído en el desencanto de tanto ruido y tanto barro de la política actual. Vivimos unos tiempos en el que los insultos, el desprecio a las instituciones o el espectáculo chabacano se ha apoderado de nuestros representantes públicos. La destructiva polarización dificulta que nos centremos en los temas importantes y eso hace que mucha gente meta en el mismo saco a todos.
No hay que olvidar el partido judicial que se está jugando y en el que el PP y la ultraderecha trata de acorralar a los de Pedro Sánchez. Las sentencias para el Fiscal General del Estado, para Begoña Gómez y para el hermano del presidente serán definitorias. Si los tres salen absueltos de sus acusaciones, las expectativas electorales del actual presidente se dispararán por las nubes. Del mismo modo, si se suceden las sentencias condenatorias, condenarán también al partido en las urnas.
De todas formas, aún hay partido, y aún podría haber algún cambio de guion. Por delante tenemos semanas trascendentales, con Junts volviendo al redil de la derecha y abandonando a su suerte Pedro Sánchez, ¿se atreverán a sumar sus votos a una moción de censura de PP y Vox? Con Podemos que los socialistas no saben si son socios o enemigos. Con el PNV preocupado por el ascenso de Bildu... las posibilidades son infinitas y tendremos que ir despejando las incógnitas.