Esta semana he podido conocer diferentes puntos de vista acerca del consumo de drogas, sin embargo, nadie me hablaba sobre los efectos que tiene la pornografía en la sociedad y, sobre todo, entre las poblaciones vulnerables. Así que, aunque se vaya a hacer ahora una Comisión de Estudio en el propio parlamento madrileño para ver el impacto de la ingesta de sustancias entre la gente, se me queda muy floja al no incluir una adicción tan básica y antigua como es la pornografía. ¿Es incómodo hablar de este tema o no queremos molestar a ciertas industrias?
Es increíble cómo, a lo largo de los años, diferentes páginas webs pornográficas han sido multadas con cantidades ingentes por, básicamente, atacar a los derechos de las personas: difusión de imágenes sin consentimiento, tráfico de pornografía infantil... y un sin fin de delitos más. No obstante, las empresas pagan la sanción, y a correr.
Más sorprendente es, si cabe, el nivel de adicción que hay en la sociedad. Según algunos datos proporcionados por páginas oficiales a las que todos podemos acceder, el consumo de pornografía supera al de cualquier otro contenido, con diferencia. Según Save the Children, siete de cada diez adolescentes tienen contacto con la pornografía, y casi el 100% de lo que ven contiene imágenes de violencia y desigualdad. Dejo aquí el informe porque merece la pena leerlo.
Otro informe del Dr. Miguel Ángel Martínez-González desgrana que en 2021 se registró un ascenso del consumo a 140 millones de visitas diarias. Además, según un estudio publicado por la Fundación Barrié, aseguraba que cada vez se accedía a la pornografía en edades más tempranas, y el tipo de contenido se iba intensificando.
Dejando a un lado los datos, llegan las consecuencias psicológicas y físicas que implica esta adicción. El número de jóvenes que consumen pastillas para poder mantener relaciones sexuales asusta, y es que, el porno genera un mundo irreal dentro de la sexualidad en el que, a parte de cosificar a las personas, inventa actos y estímulos que no se consiguen en una relación natural, por lo que llega la frustración y, de ahí otros derivados que machacan, rompen y denigran.
Así que sí, estamos hablando del impacto de las drogas, de sustancias que en ocasiones incluso han llegado a ser fármacos, y las cuales se utilizan este mundillo del rodaje para aguantar lo que se les viene encima; pero no hablamos de otras adicciones que realmente se están cargando a la juventud, su futuro y sus relaciones con los demás. Os invito a ver testimonios de personas cuyas vidas se han visto truncadas por la pornografía.