Los ‘Martes con Palestina’ están dejando entrever las costuras de las que no paran de tirar el PSOE y el Gobierno de Almeida. La eliminación de una bandera de Palestina pintada con tiza en la entrada del CEIP Pi i Margall ha crispado los ánimos del grupo municipal que encabeza Reyes Maroto, quien acusa al alcalde de Madrid de ser cómplice de Ayuso “para no denunciar el genocidio” en Gaza.
El PSOE considera que el Ayuntamiento de Madrid utiliza en contra de la vecindad los recursos públicos. En este caso, Maroto señala a José Luis Martínez-Almeida por usar el SELUR “contra la ciudadanía madrileña” y, en concreto contra “el derecho de la infancia a mostrar su rechazo al genocidio”, ya que fueron los alumnos y alumnas del centro quienes dibujaron la bandera palestina a las puertas de su colegio para terminar viendo cómo el consistorio “la borraba al día siguiente”.
“El Ayuntamiento de Madrid lo que ha hecho es responder a la denuncia de un vecino”. Así resume la vicealcaldesa de Madrid lo que, para ella, no encierra mayor polémica. Inmaculada Sanz insiste en que la bandera no se pintó dentro del colegio que señala el PSOE, sino en la puerta. La portavoz del Gobierno de Almieda explica que el SELUR ha actuado dando cumplimiento a la ordenanza municipal, limpiando una zona del espacio público que, a su juicio, necesitaba de este servicio.
Iniciativas como ‘Martes con Palestina’ llegan después de que la consejería de Educación de la Comunidad de Madrid recordara a los centros que deben mantenerse “absolutamente apolíticos” en este tipo de cuestiones. De hecho, la que ha tenido lugar en la capital no es la única polémica desatada últimamente, puesto que la plataforma Marea Palestina encendió las alarmas la semana pasada. Denunciaban que varios centros educativos habían recibido órdenes de la Comunidad de Madrid para retirar banderas palestinas o cualquier otro símbolo de apoyo a Gaza.
Isabel Díaz Ayuso negó haber emitido una orden expresa, aunque aseguró que utilizar los colegios y las universidades “con fines políticos nos retrotrae a los peores episodios del siglo XX”. La presidenta de la Comunidad de Madrid exige que se deje de “adoctrinar” en las aulas de colegios y universidades.