Hakuna Group Music. Seguro que has oído hablar bastante de este grupo de jóvenes que evangelizan y trasladan el mensaje católico a través de la música. Pero seguro que nadie te ha contado que sus millones de seguidores han sido obligados a ello, se les ha amenazado con que, si no escuchaban y apoyaban a la banda, irían al infierno… ¡Ya os gustaría!

Radio Televisión Española, en sus programas mañaneros, ha dado fuerte protagonismo a Hakuna por su concierto en la Puerta del Sol a petición del Gobierno de la Comunidad de Madrid. Si bien es cierto que las intenciones de  Isabel Díaz Ayuso levantan sospechas, pues nunca se ha mostrado tan cercana a la ideología católica como hasta ahora, justo cuando el Gobierno central más nos ataca, pareciera que es una estrategia más contra Pedro Sánchez, sin importar qué armas usar. También lo es que mientras sea algo bueno, sano y pacífico, las armas son más poderosas que aquellos que las usan, así que sí, este grupo y su mensaje están muy por encima de las maniobras que pretenda poner en juego la presidenta madrileña.

Lo sorprendente es la ola reaccionaria que este concierto ha generado entre las personas con una ideología más de izquierdas, no porque lleven un cartel de “soy rojo/a”, sino porque sus discursos recuerdan a ese guerracivilismo ideológico en el que cualquier pensamiento que se escape a sus parámetros se convierte en “ultra” y si, además, podemos atribuir a dichos movimientos comportamientos propios de la Inquisición que, spoiler, sucedió ya hace algunos siglos, podríamos ir superándolo, pues mucho mejor.

Un grupo que profesa el amor entre hermanos, entre iguales, que difunde el abrazo al mundo, la compasión, el perdón, la misericordia, el abandono en un plan que te completa, la respuesta a anhelos del corazón… Y que ha conseguido alcanzar los corazones más endurecidos, porque así lo cuentan en sus testimonios, que ha logrado ser escuchado en todo el mundo y con fans que irían a donde fuera y a cualquier hora con tal de verles cantar y, de nuevo, compartir en comunidad algo que, creyentes o no, les aporta paz.

Me hizo gracia escuchar el análisis de TVE. El presentador se llevaba las manos a la cabeza en un discurso acompañado por el mismo hilo musical que escuchamos cuando hay una última hora de corrupción o algo similar. Dicho “periodista” hizo un exhaustivo escáner a las cuentas de Hakuna, a su página web pública, a sus mensajes más públicos aún y a sus redes sociales, y concluyó con que era un grupo “ultra católico” que se llevaba pasta gracias a su música y a los productos que vende. Todo ello dirigido, además, por un sacerdote a todas luces “del opus” -porque claro, eso se ve a la legua- cuyo mensaje, básicamente, viene a absorber cerebros. En fin, este tipo de periodismo de falsa investigación hace un flaco favor a una profesión que encierra un gran poder para hacer el bien.

Y sí, es verdad que el grupo de Hakuna, más allá de los conciertos por los que, libremente, pagas una entrada o, libremente, no vas y punto; vende productos de tinte católico para aquellos que, de nuevo, escogiendo la palabra que le gusta Ayuso, libremente puedes comprar o no. Libros, figuras e incluso “retiros”, encuentros entre iguales, cuya difusión y gran acogida han conseguido que, por fin, los católicos dejemos de tener miedo a gritar que creemos en un Dios amor, que nos atrevamos a salir a la calle a difundir un mensaje de misericordia y acogida, y que nos lancemos a contar al mundo que una vida plena es posible, aquí, hoy y ahora.

Así que sí, como “ultra católica” estoy muy orgullosa de Hakuna, de su misión, de nuestra misión.

¡Feliz Navidad!