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Esfínteres urinarios artificiales para corregir la incontinencia femenina
El Hospital infanta Sofía realiza una nueva técnica mediante implantes
San Sebastián de los Reyes |

Un esfínter urinario artificial permite corregir la incontinencia urinaria femenina y "mejorar la calidad de vida de las pacientes". El Hospital Infanta Sofía ha comenzado a realizar una nueva técnica mediante la implantación de un dispositivo que sustituye el funcionamiento deficiente del músculo, iniciativa que se aplicará a aquellas personas que padecen este problema con pérdidas al toser, reír o hacer deporte, entre otros (la conocida como incontinencia de esfuerzo) y a las que no se puede tratar con otra alternativa.

El proyecto se ha dado a conocer coincidiendo con la reciente celebración de la Semana de la Incontinencia en el centro, que tiene como finalidad "concienciar en la prevención y aumentar la educación sanitaria en esta patología, aumentando así la confianza de los pacientes para buscar ayuda".

La colocación de este primer manguito alrededor del cuello de la vejiga se ha llevado a cabo mediante una intervención por vía laparoscópica, con un ingreso de 24 horas y en colaboración con urólogos del Hospital Rey Juan Carlos, ya que este complejo hospitalario es referente en el tratamiento de la incontinencia urinaria femenina mediante cirugía robótica. Una vez activado, la paciente debe apretar una bomba situada en el interior del labio mayor cuando desee orinar.

En muchas ocasiones son pacientes que ya han sido sometidas a otras cirugías que han fracasado y el resultado es muy beneficioso para ellas

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En muchas ocasiones son pacientes que ya han sido sometidas a otras cirugías que han fracasado y el resultado es muy beneficioso para ellas", explica el Dr. Jose Manuel de la Morena, Jefe de Servicio de Urología del hospital.

La incontinencia es una patología "de la que no se suele hablar" y que causa pérdida involuntaria de orina o heces, afectando a cerca de 400 millones de personas en todo el mundo (se estima que aparece en una de cada tres mujeres mayores de 50 años) con "un gran impacto en el bienestar y la dignidad de los usuarios y cuidadores".