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Los vecinos de la calle Cervantes denuncian "tortura acústica" por la música de las discotecas
Aseguran que el ruido les está robando la salud
Móstoles |

Los vecinos residentes en la Calle Cervantes llevan años denunciando los problemas ocasionados por la presencia de locales de ocio nocturno en los aledaños de sus viviendas, concretamente los ubicados en la Avenida de Portugal y áreas cercanas. El peor de ellos, la contaminación acústica. Estos ciudadanos aseguran que viven una "tortura" cada fin de semana, como consecuencia del ruido que se genera en esta clase de establecimientos. Definen como "abuso" el volumen de la música de las discotecas Belair y D'Orión, que "ostentan bochornosos permisos de emisión de 90 decibelios, y licencias hasta las 6 de la mañana, siendo su techo el suelo de los dormitorios de los vecinos que permanecen noches enteras en vela, las cuales parecen no tener fin", expresaban en un comunicado.

Por ello, este pasado jueves la presidenta de la Comunidad de Vecinos del número 3 de dicha vía mostoleña, Amaya Vázquez, comparecía en representación de los afectados (también residentes en los números contiguos, 1 y 5, de la Calle Cervantes) ante la Corporación Municipal durante la celebración del último Pleno del Ayuntamiento, con el fin de exponer la problemática sufrida, la cual, al margen del malestar, genera numerosas complicaciones en el día a día de estar personas. Su petición principal, que se limite a las 12 de la noche la licencia de las discotecas y pubs y que se refuercen las inspecciones de insonorización.

El Ayuntamiento asegura ser estricto con el cumplimiento de la norma, habiendo clausurado temporalmente los locales que presentaban deficiencias. 

Tal y como queda patente en la grabación del Pleno Ordinario, su exposición pública "viene a visibilizar la dura situación en la que se encuentran los vecinos, a merced de los sucesivos explotadores de los negocios de la noche que transitan por espacios públicos", pidiendo "que se inspeccionen y limiten definitivamente, hasta medianoche, los permisos pertinentes, para salvaguardar el derecho a poder dormir de los residentes en la zona, especialmente los ancianos, torturados por los embates cíclicos de las discotecas ubicadas en Avenida de Portugal, número 6". La presidenta de la Comunidad de Propietarios del número 3 de la calle Cervantes aseveraba, además, que dispone de "un amplio dossier con llamadas a Policía y sonometrías, que llega a ser pavoroso, con un suma y sigue que ha dado lugar a un triste y larguísimo historial de excesos y abusos varios, con peleas, alaridos y salvajadas delante de un parque infantil; estamos sumergidos en un bucle que no tiene fin".

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Ante esta declaración, la conejal de Urbanismo, Marisa Ruiz, respondió a la representante de los afectados que "los locales a los que se hace referencia han sido visitados en numerosas ocasiones, tanto por la Policía como por los técnicos municipales, con el fin de comprobar que las instalaciones y demás cuestiones están en las condiciones apropiadas. El tipo de licencia que ostentan estos locales les permite ejercer su actividad hasta altas horas de la madrugada, concretamente hasta las 5.30, según lo estipula la Ley de Espectáculos Públicos-LEPAR de la Comunidad de Madrid". Sostiene que "este Ayuntamiento no puede limitarles el horario de manera diferente ni suprimir sus licencias de una forma discrecional o subjetiva; en cualquier caso, la ordenanza marca cuáles son los decibelios máximos que pueden llegar a transferir, y lo que sí podemos hacer desde esta Administración es sancionar a los establecimientos que no cumplen, pero para ello debemos dejar que la Policía haga su trabajo, con mediciones que, en otras ocasiones, han permitido precintar el equipo de música de los locales, hasta que se solventaron las deficiencias", y añade que "este Gobierno es el más estricto con el cumplimiento de la norma, siendo el único que ha conseguido el cierre temporal de algún establecimiento que se saltaba la norma".