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Un año más, el Ayuntamiento de Móstoles rinde homenaje a Miguel Ángel Blanco, el concejal del Partido Popular de Ermua (Vizcaya) que fue secuestrado y posteriormente asesinado por la banda terrorista ETA en 1997, manteniendo al país en vilo durante tres agónicos días, hechos que quedaron tristemente para el recuerdo en la memoria colectiva de España.

Bajo el lema “Somos Memoria”, el acto solemne que conmemora este XXVIII aniversario tuvo lugar el pasado 10 de julio en el monolito del Parque Lineal Arroyo del Soto. Asistieron el alcalde de Móstoles, Manuel Bautista, concejales del Gobierno municipal y otros miembros de la Corporación, así como Mirina Cortés, diputada de la Asamblea de Madrid, representantes de Policía Nacional, Policía Municipal y Guardia Civil, vecinos de Móstoles y miembros de diversas asociaciones y entidades.

En primer lugar se procedió a la lectura de un Manifiesto elaborado por la Fundación Miguel Ángel Blanco, que recoge un relato de los terribles hechos que sucedieron aquellos días, los cuales conmocionaron a la sociedad, y reivindica que no caigan en el olvido.

Posteriormente se realizó una ofrenda floral en el monolito con un emotivo acompañamiento musical de piano y clarinete -a cargo del profesorado y alumnado del Conservatorio municipal Rodolfo Halffter-, y se guardó un minuto de silencio “in memoriam”.

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“No debemos olvidar nuestra historia: los jóvenes y las nuevas generaciones tienen que conocer lo que pasó, para que aquella barbarie no se vuelva a repetir. Vivimos en una sociedad democrática, basada en la libertad, el respeto y los derechos de los ciudadanos”, destacó el primer edil. “Miguel Ángel Blanco, un joven de 29 años, fue asesinado por defender sus ideales, por estar comprometido con los principios de libertad, pluralidad política y tolerancia, valores que debemos defender”, añadió el regidor.

Hace 28 años, en aquellos días, surgió un movimiento social denominado “el espíritu de Ermua”, por el que millones de ciudadanos salieron a la calle en toda España clamando por la paz, repudiando los actos de barbarie terrorista. El término se originó en esta localidad vizcaína, donde surgieron las primeras manifestaciones pacíficas, y se extendieron al resto de España para referirse al sentimiento social multitudinario de rechazo hacia el terrorismo y la unidad de todos los partidos democráticos contra ETA. Cientos de ciudades españolas se han sumado durante estos días al recuerdo de Miguel Ángel Blanco.