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Opinión: Para no estar los cines abiertos, todos los días tenemos películas
Carta abierta del director de Soyde, Esteban Hernando
Madrid |

Hoy toca una de intriga, terror, mafia, policíaca, incluso algo bizarra.

Lo curioso de esto es que no pude nunca creer la frase de ‘la realidad siempre supera la ficción’. Siempre pensé que la imaginación humana era una de las herramientas más potentes que tenemos, de hecho es la única herramienta más veloz que la luz. Puedes viajar a un extremo del universo en una décima de segundo, pero… una vez más, me equivoco.

Y mi equivocación no es en sí, por la potencia de la imaginación, sino por la capacidad del ser humano de olvidarse de soñar.

Bueno, una vez dicho esto, y entiéndase como critica al famoso estado de bienestar, he reconsiderado si la realidad, en este caso, supera la ficción.

Fijaos que incluso en la película del Padrino, aún el honor estaba magnificado, si bien en la treta que estamos viviendo en la sede del Estado, en lo más profundo de la separación de poderes, en la base y núcleo central de la democracia de un país, esto ‘crashea’.

¡¡¡Un ministro que despide a unos guardias civiles llenos de honores, falta de confianza!!! ¿En qué? ¿Han dejado de defender los intereses del estado? ¿O han dejado de defender los intereses del Gobierno? ¿Es el Gobierno de turno el Estado? Quizá falté a la clase donde explicaban esto.

Me da igual la cuestión que fuere, si fuese o no procedente, o si se imputase al ‘mismisísimo’ rey. La Justicia, o eso creía, es y debe ser imparcial en aplicar las leyes que todos hemos aceptado y corroborado con nuestros votos. El Gobierno también y, fíjense lo que les digo, ojalá salga indemne y se demuestre que todas las decisiones hayan sido las mejores posibles.

Quiero, ¡¡¡deseo!!!, que así fuere, pero… ¿qué problema hay en que un juez lo revise? ¿Qué problema hay en que un juez lo juzgue? ¿Por qué es necesario que ese guardia civil rompa su secreto?

El estado está muy por encima, muy por encima, del Gobierno. El Estado somos todos y no solo nuestros votos.

Me da igual la cuestión que fuere, si fuese o no procedente, o si se imputase al ‘mismisísimo’ rey

Aún pensará algún que otro cándido, o mucha gente, que la razón la lleva Zeta o Peta, y a mi entender, siempre humilde, huele a mierda, da igual de donde venga.

La realidad es que entiendo y comprendo ambas partes y con poco esfuerzo sería capaz de defender vehementemente ambas, pero mi pregunta es: ¿Tan poca vergüenza tienen de no respetar siquiera el núcleo? La Justicia y un parlamento crítico son sagrados.

Tan tonto es el que defiende como el que acusa, señores, no se dan cuenta que, en realidad, en las películas todos son actores.