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Manat: la diosa árabe del destino y la fortuna
Hoy te contaremos sobre esta distintiva y poco conocida deidad, tan asociada a la buena fortuna.
Madrid |

Antes de la llegada del Islam, las tribus y etnias de la península arábiga practicaban el politeísmo. Adoraban a dioses como Al-Uzza o Hubbal, pero si había una que resaltaba era Manat, quien no solo representaba el tiempo o el destino, sino a la suerte y la fortuna, lo que la hace una diosa ideal a tener en mente si jugamos a la ruleta en sitios recomendado por CasinoSlam España. Hoy te contaremos sobre esta distintiva y poco conocida deidad, tan asociada a la buena fortuna.

Un poco de historia

Manat era una diosa árabe preislámica, adorada en la península arábiga (gran parte de Arabia Saudita en la actualidad) antes de la llegada de la religión islámica con el profeta Mahoma, en el siglo VII. Ella era una de las tres diosas más importantes de La Meca, en sus tiempos paganos. Manat vivía junto a sus hermanas Al'Uzzá y Allat, y era la consorte del importante Hubal, quien era el dios de la adivinación, también de las guerras y la lluvia.

Hay dos interpretaciones distintas del nombre de la diosa. En el primer caso es que deriva del término árabe mana, por lo que su nombre se traduciría como "medir" o "determinar", y la segunda es que se origina en la palabra árabe maniya, que significa "destino". Ambas definiciones se ajustan a su función como deidad de la suerte, la fortuna y el destino, así que, si hubiesen sido jugados los juegos de azar en aquella época, probablemente Manat habría sido invocada evocada.

Adoraban a dioses como Al-Uzza o Hubbal, pero si había una que resaltaba era Manat, quien no solo representaba el tiempo o el destino, sino a la suerte y la fortuna

El culto a Manat

En la Meca se adoraban a 360 ídolos, y se considera que Manat no solo era una de las más antiguas entre las deidades árabes, sino de los dioses semíticos en general.

La representación más famosa de Manat era su ídolo, erigido en al-Mushallal. Cuando los árabes viajaban hasta allá, para rendirle homenaje, se rasuraban la cabeza y permanecían un buen tiempo contemplándola, pues se consideraba que no realizar todo esto hacía que fuese una peregrinación no concluida.

¿Qué pasó con la llegada del Islam?

Tras la expansión del Islam por la península arábiga, se buscó erradicar el culto a las deidades politeístas, especialmente a las más importantes como era el caso de Manat.

Según la leyenda, Sa'd bin Zaid al-Ashhali fue enviado con 20 hombres a caballo a Al-Mashallal, para eliminar un ídolo de la diosa Manat, adorada por las tribus paganas de Arabia. Según la tradición, una mujer negra salió totalmente desnuda con el cabello despeinado gimiendo y golpeándose el pecho. Sa'd profanó la estatua y el ataúd, y regresó al terminar su misión.

Incluso, mucho tiempo después, en el año 1024, el emperador gaznávida Mahmud atacó el templo de Sommath en India, bajo la creencia de que un ídolo de la diosa Manat se escondía allí. Aunque ya los árabes no veneran a Manat, ella fue sin duda alguna una de las diosas más importantes del antiguo politeísmo regional, así que tenerla presente al jugar a la ruleta en Casino Slam España, considerando su relación a la suerte y la fortuna, podría ser beneficioso para obtener una victoria.