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España podría perder hasta siete millones de empleos
La crisis postcovid y la digitalización ponen en riesgo el empleo
Madrid |

La UGT presentó a finales de 2018 un informe que analizaba el impacto de la automatización en el empleo en España. Debido a la pandemia del COVID-19 y a la tendencia acelerada a la automatización las previsiones han cambiado y hacen peligrar muchos empleos.

La consultora McKinsey en el informe The future of work in Europe sobre las previsions ha informado que “un número sustancial de las ocupaciones que probablemente sean desplazadas por la automatización a largo plazo también está en riesgo por la crisis de coronavirus a corto plazo”. Además, apunta que “Los trabajos que están en mayor riesgo por la pérdida de empleos a corto plazo a causa de la pandemia se superponen en cierta medida con los más vulnerables al desplazamiento debido a la automatización”.

La mayoría de los despidos o rebajas salariales se cebarán en las personas con menor nivel educativo

A esto se le pueden sumar los datos relevados por el Foro Económico Mundial que predice que “el 54% de los trabajadores deberá mejorar su capacitación en el próximo lustro y que, de ellos, el 35% necesitará 6 meses para conseguirlo y otro 10% precisará de más de un año”. Por lo que aseguran desde la UGT que “el panorama no puede ser más alarmante”.

Por ello, UGT propone de nuevo una serie de medidas para que este proceso tecnológico revierta en progreso y prosperidad para todos. Aumentando así los niveles de empleo de calidad, productividad, justicia, igualdad e inclusión social. Estas medidas están divididas en tres partes que van de corto a largo plazo.

  • A corto plazo, requieren de desarrollar un Plan Nacional de Inclusión Tecnológica, que no deje a nadie atrás; actualizar la educación a las demandas actuales del mercado de trabajo; confeccionar políticas activas de empleo que formen a los trabajadores en las nuevas tecnologías; incluir en la negociación colectiva la necesidad de analizar el impacto en el empleo que trae esta revolución digital; y crear el derecho a la formación continua en el puesto de trabajo para estas herramientas.
  • A medio plazo, reducir paulatinamente la jornada laboral y la vida laboral a medida que el empleo se va automatizando, llegando a las 32 horas semanales (4 días de jornada laboral) sin reducir el salario; y promocionar el empleo en aquellos sectores que se beneficiarían directamente de la reducción de la jornada laboral, como los relacionados con la salud y los cuidados, el ocio o la ecología.
  • A largo plazo, desarrollar nuevos impuestos asociados a las nuevas tecnologías, con el fin de repartir de manera más igualitaria la riqueza que se genera en la empresa gracias a la inclusión de las tecnologías; y poner en marcha nuevos sistemas de rentas para aquellos trabajadores que no puedan adaptarse a esta nueva realidad.