El año terminó con otro revés judicial a la alcaldesa de Getafe, la socialista Sara Hernández, por sus vergonzosas Guías sexuales dirigidas a menores y distribuidas en los colegios. La Justicia ha sentenciado que el Gobierno municipal violó derechos fundamentales y que tenían un contenido ideológico evidente y adoctrinador.
La alcaldesa, que también está imputada por delito medioambiental, sufre otro varapalo judicial, como también ocurrió con su intento de mangonear la contratación menor y en el caso de las 33 maestras de las escuelas municipales infantiles que echó a la calle. Su gestión también está señalada por la Cámara de Cuentas, que detectó contratos irregulares, o el Defensor del Pueblo, por mermar los derechos de participación de los vecinos.
Este es un Gobierno municipal opaco y autoritario que expulsa a la oposición de la Junta Local de Seguridad y niega el acceso a información municipal. Una alcaldesa que juega con las ilusiones de los vecinos, siete años los vecinos de El Rosón esperando sus viviendas y siete años el polideportivo San Isidro que sigue siendo un solar.
Es una alcaldesa que, en plena pandemia, sube el sueldo a concejales de Gobierno y contrata a más cargos enchufados
Es una alcaldesa que, en plena pandemia, sube el sueldo a concejales de Gobierno y contrata a más cargos enchufados con sueldos de hasta 90.000 euros.
Como Sánchez, Sara Hernández miente a los ciudadanos. Es capaz de llevar la basura a las puertas de los vecinos de Perales del Río con la ampliación del vertedero y de incumplir su propio Código ético por el que se comprometió a no estar más de dos legislaturas en el cargo.
No se puede consentir que quien es la máxima responsable política de nuestra ciudad y debe dar ejemplo del cumplimiento de la Ley, haga todo lo contrario. Ni que ensucie el buen nombre de Getafe con su sectaria e ineficaz gestión. Por ética y coherencia, la alcaldesa debe dimitir.
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