La irresponsabilidad de Ayuso y su convocatoria de elecciones ha frenado más de 1.000 millones en ayudas para paliar los efectos del virus a familias y empresas, lanzándose a la guerra de bloques, la confrontación y el guerra civilismo: “Comunismo o libertad” es su lema, y Pablo Iglesias lo ha recogido inmediatamente.
Van a polarizar al máximo la campaña con el odio, el insulto y los mensajes sin contenido porque es lo propio del populismo. Juegan con las emociones, te enfrentan a tu vecino, a tu amigo; hooliganizan la política porque lo último que les importa eres tú.
Nosotros somos lo contrario. Lo contrario al populismo, los bloques y la confrontación, a lo que nosotros sólo respondemos con moderación, sensatez, centralidad y acuerdo.
Mientras unos llenan su lenguaje de fascismo, comunismo, cunetas, asesinatos y muertos, a nosotros los únicos fallecidos que nos importan en estos momentos son los que se lleva cada día la pandemia.
En Cs hemos cometido errores, pero no delitos. Por eso quiero recordar que no hemos dejado de ser fieles a esa voluntad de hacer las cosas de forma diferente, y pueden estar orgullosos de lo que hemos hecho bien, que ha sido mucho.
Somos el único partido limpio de corrupción. Esa es la razón por la que lanzamos la moción de censura en Murcia: no tragar con la corrupción continuada del PP. Entre corrupción o dignidad, Cs escoge la segunda. Cueste lo que cueste. Y todos nuestros adversarios políticos lo saben. Por eso, somos incómodos.
Tenemos ahora, si cabe, más ganas e ilusión que cuando empezamos. Vinimos para mejorar las cosas y vamos a seguir peleando por el progreso, el bienestar y la LIBERTAD con mayúsculas, no la de eslogan cutre.
Y sobre todo, vamos a pelear en estos momentos por lo que importa: acabar con la pandemia que ha destruido nuestras vidas y nuestra economía.