Era un todo o nada. O clasificarte y continuar en la segunda competición más importante de Europa o quedarte fuera como último equipo de un grupo con rivales de tanto nivel como Bilbao Basket –con un Jonathan Tabu que maldice su suerte- o el Khimki ruso.
Los nervios y la ansiedad mandaban en un equipo que no ha comenzado de la mejor forma posible la temporada. Sin embargo, el apoyo del Fernando Martín o las ganas de dedicar la victoria a un Álex Llorca que, seguramente, se pierda lo que queda de temporada, hicieron que los nuestros saltaran a la cancha ante el Lietuvos Rytas sin ningún tipo de complejo.
El partido no pudo comenzar mejor. El empuje de jugadores clave como Ivan Paunic o Moussa Diagné espoleó a los nuestros que se fueron con una diferencia a favor, al final del primer cuarto, de 11 puntos.
En el segundo parcial, las fuerzas se igualaron, ya que la entrada de Corey Fisher en los visitantes ayudó a la reacción lituana. Aun así, el gran arranque del encuentro le sirvió a los nuestros para irse al descanso con una renta suficiente (44-35).
Volvió Marko Popovic tras su lesión y jugó a un gran nivel los 15 minutos de los que disfrutó
Esa ventaja, se haría aún más grande tras el parón, con dos triples consecutivos de un David Wear muy inspirado en la noche de este miércoles frío en Fuenlabrada. Una de las mejores versiones defensivas de los nuestros también ayudó para que el marcador fuera, en todo momento, favorable a los fuenlabreños.
Y, al igual que cuando todo va mal, las cosas siempre pueden empeorar, en los momentos felices, las noticias buenas se multiplican. Volvió Marko Popovic tras su lesión y jugó a un gran nivel los 15 minutos de los que disfrutó.
En el último parcial, no vivimos la reacción esperada por el cuadro visitante. El final del partido llevó la alegría a la cancha de un equipo que, a pesar de las dificultades, estará en el Top 16 sin haber perdido ni un solo encuentro en casa. Este Montakit quiere hacer historia...una vez más.