MENÚ

La operan un cáncer y le dejan una gasa durante dos años dentro del cuello
La joven de 22 años recibió más sesiones de quimio y radio de las necesarias porque los médicos no daban con el problema
Coslada |

Ariadna Caballero, una joven de 22 años, fue operada por un linfoma de Hodgkin en 2019 y un error en la intervención provocó que se dejaran una gasa en su interior. La chica ha permanecido durante dos años, sin saberlo, con la esponja quirúrgica dentro del cuello lo que provocó que le surgiera un bulto y un quiste. Debido al error y ante el desconocimiento por parte de los especialistas del mismo, le suministraron más ciclos de quimio y radioterapia de los previstos.

El aspecto del cuello provocó que el pasado mes de mayo intervinieran de nuevo a la joven ante las sospecha de que el tumor hubiera crecido. Sin embargo, los cirujanos descubrieron en quirófano que el incremento del bulto se debía a la gasa que contenía. Por si fuera poco, el apósito le había provocado un quiste.

Ariadna ya tiene preparada la denuncia judicial ya que, además del tumor derivado que se le provocó y el exceso de sesiones de quimioterapia y radioterapia que recibió, perdió su empleo en junio por el largo e innecesario tratamiento. Además de que desconoce las posibles secuelas que le puede haber producido.

La joven pensó que tendría que sufrir de nuevo el proceso porque el cáncer remitía

La víctima de esta negligencia es una vecina de San Fernando de Henares, empleada en una compañía de alarmas. En julio de 2019 fue operada en el Hospital de Coslada por el cáncer de su cuello con supuesto éxito. Tras esto recibe su tratamiento de quimioterapia durante seis ciclos dobles pero deciden que necesita más porque el bulto no reducía su tamaño.

Todos se pasan la patata caliente

La joven fue a sesiones de radioterapia porque no conseguían acabar con el quiste y realizaron diversas pruebas para dar con el problema. Finalmente, en abril se decide una nueva intervención ante el temor a que el cáncer se hubiera reproducido porque la hinchazón había aumentado.

Al abrir el cuello descubrieron el cuerpo extraño de cinco milímetros que resultaba ser el problema. El temor de Ariadna de repetir todo el proceso que ya había vivido se convierte en rabia cuando los médicos le restan importancia añadiendo que el cáncer está completamente curado.

Los cirujanos parecen culpar a la oncóloga y la misma hace lo suyo culpándolos a ellos, pero el resultado son años de sufrir física y mentalmente de la paciente que, por si fuera poco, ha recibido tantas sesiones que en caso de padecer un nuevo cáncer está al límite de tratamientos.

RELACIONADAS