MENÚ

Sólo 2 de cada 10 galletas infantiles son saludables
En algunas, la mitad de su peso es azúcar
Regional |

Mucho azúcar, mucha grasa, poca fibra, colorantes…Las galletas constituyen hoy por hoy el principal aporte nutricional de la merienda y el desayuno de muchos niños. Se trata de un mercado muy dinámico donde las de toda la vida conviven con las últimas tendencias en coberturas y en dibujos de moda, tanto en el envase como en la propia galleta. El chocolate sigue siendo el ingrediente rey.

La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) advierte que ocho de cada diez galletas infantiles no son saludables, en función de un estudio elaborado con el apoyo del Ministerio de Consumo, en el cual se ha comparado la composición nutricional de muchas galletas para niños. En el marco del Proyecto Alimentación saludable para el pequeño consumidor, subraya también que 253 de las 305 galletas infantiles seleccionadas tienen una valoración D o E en Nutriscore, la más baja posible. Solo 15 galletas tienen una valoración A o una B y se trata normalmente de las tradicionales galletas tipo María sin azúcares añadidos, pero con edulcorantes, que suelen ser las menos apetecibles para los niños. Definitivamente, las galletas no son para todos los días.

No hay sorpresas: uno de cada tres gramos de este tipo de galletas son directamente azúcar; en algunas, incluso, supone la mitad de su peso. De hecho, en 90 galletas el azúcar es el primer ingrediente que aparece en la lista, lo que significa que es el componente mayoritario (en las etiquetas, los ingredientes aparecen ordenados de más a menos cantidad). Y las que lo excluyen lo suelen sustituir por polialcoholes, un tipo de edulcorantes cuyo consumo puede tener efectos laxantes, más en niños si cabe por su bajo peso corporal.

El resto de los ingredientes no son mejores: grasas saturadas, que pueden sumar otro tercio del peso, harinas refinadas, aromas y todo tipo de aditivos. El contenido graso de las galletas es de un 21% de media, pero hay galletas en las que más de un tercio de su peso (38%) es grasa. Aunque las grasas saturadas de palma, palmiste, coco o shea (o karité) son mayoritarias, estas van dejando paso a otras grasas menos saturadas, y más saludables, como son el aceite de girasol alto oleico. Con todo y con ello, las grasas saturadas suponen de media el 43% del total de las grasas. La poca fibra que tienen (un 3%) suele ser añadida, lo mismo que los posibles minerales y vitaminas, innecesarios si se sigue una dieta variada y equilibrada. Las galletas de barquillo y las galletas con chocolate son las que tienen mayor contenido en grasa.

253 de las 305 galletas infantiles seleccionadas tienen una valoración D o E en Nutriscore, la más baja posible, según un estudio de OCU realizado en el marco del Proyecto Alimentación saludable para el pequeño consumidor.

En definitiva, el consumo de galletas debe ser ocasional y en pequeña cantidad, incluso de las que tienen una valoración nutricional A o B, puesto que se trata de productos ultraprocesados con una amplia variedad de aditivos. Lo ideal es sustituirlas por pan integral con aceite de oliva, queso, crema untable vegetal o tomate. Incluso un trozo de pan integral con un par de onzas de chocolate negro (mínimo 70% de cacao) resulta más sano. La fruta y los frutos secos naturales, sin freír ni salar, también podrían estar presentes.