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La mala noticia llegó en plena pandemia, en Marzo de 2020
Candelas Fernández nos cuenta su vivencia con el cáncer en los peores momentos del Covid
Regional |

YO ELIJO VIVIR

Después de 3 años de tranquilidad y esperanza llegó lo que menos esperaba, un TAC definitivo en el que aparecía una metástasis en los ganglios, pelvis y columna.

Soy una mujer a la que detectaron un CÁNCER GÁSTRICO a los 43 años. No tenía antecedentes que pudieran sospechar lo que me estaba pasando, no tenía la edad propia de esta enfermedad ni síntomas aparentemente llamativos. Pero sí, tenía cáncer. La doctora de cabecera no contaba con ello pero he de reconocer que no paró de hacerme pruebas hasta que llegó el fatal diagnóstico aunque no fuera lo que hubiera pensado.

Tuve un tratamiento muy duro de quimioterapia durante unos meses, luego me realizaron una gastrectomía total (extirpación total del estómago) con la tecnología HIPEC (quimioterapia intraperitoneal hipertérmica) y para terminar tuve radioterapia y otras sesiones más de quimioterapia. Con esto daba por concluido mi viaje por el mundo del cáncer, con el paso del tiempo me di cuenta de que no sería así.

Junto a los efectos secundarios de “vivir sin estómago” que son bastantes y difíciles se juntó la recuperación física y emocional de lo vivido con los tratamientos, el día a día era una superación constante y un mirar siempre adelante pero feliz del resultado y agradecida de cómo estaba y sobre todo agradeciendo a la vida el poder vivirla!!

Tuve suerte, mucha suerte porque otros compañeros se quedaron en el camino. Tuve suerte de que mi doctora de cabecera no cesara en su empeño de descubrir qué me estaba pasando, tuve suerte de encontrar un equipo médico oncológico top que decidió el tratamiento que me “curó” y tuve suerte porque mi tumor se dejó curar ….

El 2020 no ha sido un buen año para nadie pero cuando te detectan la recaía en una enfermedad que ya tenías como parte del pasado os puedo asegurar que es lo peor que te puede pasar. Los datos sobre la COVID19, el desconocimiento del virus y la incertidumbre se suman a la angustia del … ¿y ahora qué?

Pues ahora volvemos a empezar pero esta vez no podemos aspirar a la CURACIÓN TOTAL, ahora debemos intentar CRONIFICAR LA ENFERMEDAD, vivir con un cáncer metastásico el resto de mi vida que espero y confío sea muy larga.

Desde que me dieron la noticia hasta que empezamos el nuevo tratamiento pasó una semana y esto sólo puede suceder gracias al gran equipo de oncología del Hospital de Fuenlabrada en el que deposito toda mi confianza.

En el primer momento en el que entré de nuevo en el hospital vi la gran labor de los sanitarios, su preocupación por nosotros los pacientes oncológicos y su afán por protegernos del virus. Todas las medidas de seguridad se cumplen a raja tabla pero nunca dejan de lado su parte humana, su trato cercano y su sonrisa.

Para atajar la metástasis y darle un golpe duro me recomendaron el aislamiento total, no sólo estar confinada en casa sino alejarme de todo el mundo. Gracias a María, mi sobrina que estaba libre de virus y decidió enclaustrarse conmigo y cuidarme día y noche durante 1 mes. Fue largo, desesperante y aburrido con visitas constantes al hospital y dando grandes aplausos a los sanitarios pasamos el tiempo.

Tenía miedo por las muertes que estaba ocasionando la pandemia, por contagiarme y forzar más a mi cuerpo a superar algo desconocido. En todo momento recibí apoyo e información de mi oncólogo que me tranquilizaba y me daba buenas noticias en cada visita, el tratamiento iba viento en popa y con excelentes resultados.

Pasó el tiempo como pasa todo porque todo pasa, lo bueno y lo malo. Pude reunirme de nuevo con mi familia (núcleo familiar) y sobre llevar así más animada la situación.

En época de pandemia he recibido el mismo trato, el mismo tratamiento, las mismas pruebas y las mismas visitas, siempre con mucha seguridad, siempre manteniendo las medidas sanitarias recomendadas y siempre siendo conscientes de la gravedad que me podía ocasionar contagiarme.

Desde entonces sigo en tratamiento, ha pasado casi un año y mi estado es fantástico!! Me siento bien, me siento animada y sobre todo me siento segura con el protocolo que siguen en el Hospital de Fuenlabrada, mi hospital. Lo visito cada 3 semanas para seguir con la quimio que de momento no puedo dejar además de las pruebas “extras” que he de realizarme para comprobar que todo va bien.

Debido a los efectos provocados por la toxicidad a la que a diario expongo a mi cuerpo he necesitado consultas con otros especialistas, las citas han sido rápidas e insisto que la seguridad al acudir a la consulta es extrema.

Solo puedo decir que a pesar de la recaída, la pandemia, el miedo y de la lucha por la vida estoy feliz. Estoy viva y viviendo mi vida junto a mis personas favoritas. Confinada o sin confinar he de seguir mi camino, un camino lleno de rosas y espinas pero lo importante es andarlo.

Confía en tu equipo médico, confía en tu hospital y sobre todo confía en ti!!

SÓLO TENEMOS UNA VIDA Y YO HE ELEGIDO VIVIRLA

Confía en tu equipo médico, confía en tu hospital y sobre todo confía en ti