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"Mi cerebro dijo: qué hace esto en tu móvil, esto no puede estar en tu móvil". Así reaccionó Juan Lobato cuando recibió un mensaje de Pilar Sánchez Acera, secretaria institucional del PSOE de Madrid, anteriormente, jefa de Gabinete de Óscar López, en el que le enviaba un correo que habría mandado el abogado de Alberto González Amador a la Fiscalía buscando un acuerdo tras reconocer el primero los delitos contra la Hacienda Pública. Ahora, varios meses y cambios después, el diputado y senador socialista vuelve a nuestros estudios para comentar la condena del fiscal general del Estado por un delito de revelación de secretos dentro del caso de la pareja de Isabel Díaz Ayuso.

Lobato asegura que, cuando él recibió el documento con información sensible, jamás lo usó en el debate público, pues "la filtración de datos reservados es lamentable e ilegal". No obstante, su nivel de prudencia, la misma que le llevó a dejar su móvil en el notario, también le costó su cargo como secretario general del PSOE-M y portavoz en la Asamblea. Y es que, a la pregunta sobre si se sintió la "parte débil" dentro del caso del fiscal general, él nos ha respondido que "a nivel político, sí".

No obstante, el diputado socialista considera que hay más argumentos que explican la llegada de Óscar López al frente del PSOE-M, a pesar de los deseos de la militancia, quienes pusieron su confianza en otro rostro, entre ellos, que "Madrid pasó a ser objeto político de la dirección nacional del PSOE". Con la región como diana, el partido tenía que escoger qué talante político era el mejor para conquistarla, o a eso apuntan los hechos.

Así, mientras el planteamiento de Lobato era "ser contundentes y pasionales en la denuncia de lo que está mal, pero planteando al minuto siguiente una alternativa constructiva, huyendo del enfrentamiento personal"; el modus operandi del nuevo rostro del PSOE Madrid discurre por el camino contrario. Además, la verticalidad baña a los partidos políticos, es decir, la unidad de pensamiento desde la cabeza hasta las últimas filas, "de tal forma que se interpreta como una debilidad la discrepancia", explica el socialista a quien, personalmente, no le gusta ese modelo. "Un PSOE mucho más plural y abierto, creo que tiene mucha más capacidad de identificación con la gente", sostiene.

Un PSOE que también se está viendo sepultado en noticias de presunta corrupción y que, a ojos de la ciudadanía, muestra debilidad al verse incapaz de sacar adelante nuevas propuestas o, simplemente, unos presupuestos. Sin ir más lejos, para Lobato, el reciente encarcelamiento de José Luis Ábalos y de Koldo García "genera frustración" no solo en la sociedad en general, sino en los más de cien mil militantes que aúna el Partido Socialista.

Ante este contexto de presunta corrupción y posible falta de liderazgo que envuelve a un Partido Socialista que, en palabras de Lobato, "tiene que tener la ley como principal valor a proteger". ¿El diputado volvería a dar su voto a Pedro Sánchez?

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