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Desde que empecé en política siempre he tenido claro que las personas son lo primero. Cambiar las cosas solamente sirve si es para beneficio de las personas. Eso es lo que debería ser la política. Nada más y nada menos. Por eso, cuando fui nombrado alcalde de mi ciudad, Alcobendas, tenía claro que mi puerta debía estar siempre abierta. ¿De qué me sirve ser alcalde si no sé lo que piensan, sienten y esperan de mí mis vecinos y vecinas?

Han pasado ya casi tres años y en todo este tiempo mi puerta ha permanecido abierta. Por ella han pasado ya casi 250 vecinos y vecinas. De todo tipo. Hombres y mujeres, mayores y jóvenes. De asociaciones, de colectivos, de manera individual. Para hacerme llegar ideas, proyectos, propuestas, quejas o simplemente para hablar de sus temores y expectativas. Nadie se puede ni imaginar la riqueza y diversidad que esconde nuestra ciudad hasta que ha escuchado a tantas personas abrir sus corazones y mentes.

Todas estas charlas han sido muy importantes porque me permiten ver y escuchar a mi ciudad. Alcobendas está en constante cambio. Nuestra ciudad crece sin parar y sus gentes también están siempre en movimiento. Lo de ayer ya no sirve. Hay que mirar siempre hacia adelante.

También en el mundo de las empresas. Por eso he tenido la oportunidad de poder acercarme, hablar y conocer a más de 400 entidades que se han establecido en nuestra ciudad. Ellas son las que hacen que la máquina no se pare. Alcobendas genera más riqueza que la mayoría de las ciudades españolas. Solamente estamos por detrás de Madrid y Barcelona en facturación de empresas. Y eso significa más dinero para servicios públicos municipales y un mejor nivel de vida para todos y todas en nuestra ciudad.

Ese es mi objetivo, hacer avanzar a Alcobendas en el S.XXI de la mano de las personas. Porque no debemos olvidar jamás que Alcobendas siempre ha sido, es y será de las personas.

Rafa Sánchez Acera

Vicealcalde de Alcobendas

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