La Universidad de Alcalá entrevista a Victorina Aguilar, catedrática del centro y experta nutricionista, para conocer de primera mano cómo afecta la alimentación en los patrones del sueño, así como algunas recomendaciones para poder dormir correctamente. Dentro del factor descanso influyen varios aspectos tanto sociales como culturales, psicológicos y biofisiológicos.
En primer lugar, hay ciertos hábitos que ayudan en el sueño, como hacer bien la digestión después de las comidas, no usar dispositivos móviles antes de dormir…, sin embargo, el factor de las comidas, lo que ingerimos, es un punto muy importante dentro de este tema, “lo que comemos, cuándo lo comemos y cómo lo comemos influye en la duración y en la calidad del sueño. Pero esta influencia no es unidireccional, ya que la calidad del sueño también puede afectar a nuestras decisiones alimentarias”, expresa la nutricionista a la UAH.
El funcionamiento del organismo está determinado por unos ritmos biológicos, que a su vez están influidos por la alimentación
Hay una retroalimentación entre los alimentos que ingerimos y la calidad de nuestro descanso. Muchos estudios recomiendan ciertos tipos de alimentos que pueden favorecer el sueño, “las investigaciones realizadas al respecto aconsejan una serie de alimentos que facilitan el sueño como son: cereales y derivados, legumbres (especialmente la soja y sus derivados, como el tofu), verduras y hortalizas, pescados, frutos secos, algunas frutas como el plátano, piña, aguacate…, lácteos y bebidas, como las infusiones”, afirma Victorina Aguilar.
Otro factor importante es conocer los efectos que estos alimentos provocan en el cerebro de las personas, pues como se ha mencionado anteriormente, el sueño también depende de factores psicológicos. “El sueño está relacionado con diversas hormonas y neurotransmisores como la serotonina, la noradrenalina, dopamina o acetilcolina, cuyo contenido está influenciado por la composición de los alimentos. A estas sustancias se suman otras que permiten que el proceso se realice con eficacia".
Sin embargo, también hay una serie de alimentos que no deberíamos ingerir pues afectan negativamente al sueño. “Hay numerosos alimentos cuya ingesta no es recomendable antes de acostarse, ya que contienen componentes que afectan al sistema nervioso central, ejerciendo una acción directa sobre el sueño”, algunos de estos componentes son: Coca cola, té, café, cacao…, sustancias excitantes, entre otros.
Todos estos factores en influyen de manera directa a la hora de llevar una vida más relajada, “El funcionamiento del organismo está determinado por unos ritmos biológicos: circadianos o ultradianos; ritmos que, a su vez, están influidos por la alimentación”. Afirma Victorina a la UAH. “Si la energía ingerida es insuficiente, no se mantiene el individuo en estado de vigilia”.